Muchas veces, las cosas que nos son desconocidas e imposibles de
explicar con nuestra finitud, como es el conocer a Dios, nos llaman tanto la
atención que nos quedamos en ellas y nos olvidamos que: “Jesús nunca dio a sus apóstoles una lección
sistemática sobre la personalidad y los atributos del Padre en el cielo. Nunca
pidió a los hombres que creyeran en su Padre, dio por hecho que así lo hacían.
Jesús nunca se empequeñeció profiriendo pruebas de la realidad del Padre.”
“Sus enseñanzas sobre el
Padre se centraban todas en la declaración de que él y el Padre son uno; que el
que ha visto al Hijo, ha visto al Padre; que el Padre, como el Hijo, conoce
todas las cosas; que sólo el Hijo realmente conoce al Padre, y aquél a quien el
Hijo se lo revela; que el que conoce al Hijo también conoce al Padre; y que el
Padre lo envió al mundo para revelar sus naturalezas combinadas y para mostrar su trabajo conjunto. Nunca hizo
otras declaraciones sobre su Padre, excepto a la mujer de Samaria junto al pozo
de Jacob, cuando declaró: «Dios es espíritu.”
1856
Recordemos que
los judíos tenían una enemistad con los samaritanos que databa de cientos de
años y que esa mujer samaritana era una mujer ligera, sin embargo Jesús fue más
allá de las apariencias y no sólo le pidió de beber, sino que le confidenció que
“Dios es Espíritu y que El era que su Hijo”1613.
“Fue ésta la
primera declaración directa, positiva y clara de su naturaleza divina y
filiación que hiciera Jesús sobre la tierra; y esta declaración fue hecha a una
mujer samaritana de reputación dudosa ante los ojos de los hombres hasta ese
momento, pero una mujer en quien los ojos divinos vieron a una persona contra
cuya integridad habían otros pecados más de lo que ella hubiera pecado por su
propio deseo, un alma humana que ahora deseaba
la salvación, la deseaba sinceramente y de todo corazón, y eso
bastó.”1614
Hemosa lección
para nosotros que somos tan buenos para descalificar a las personas, en vez de
tratar de empatizar con ellas. “Los apóstoles no dejaban de asombrarse de la
buena voluntad de Jesús de hablar con mujeres, mujeres de reputación dudosa, aun
mujeres inmorales. Era muy difícil para Jesús enseñar a sus apóstoles que las
mujeres, aun las así llamadas mujeres inmorales, tienen un alma capaz de elegir
a Dios como su Padre, y así convertirse en hijas de Dios y candidatas para la
vida eterna. Aun después de diecinueve siglos, muchos tienen la misma falta de
deseo a comprender las enseñanzas del Maestro. Hasta la religión cristiana se ha
construido persistentemente sobre el hecho de la muerte de Cristo en lugar de la
verdad de su vida. El mundo debería ocuparse más de su vida feliz y reveladora
de Dios que de su trágica y triste muerte”1614
Podéis conocer a Dios,
no tanto entendiendo lo que dijo Jesús, sino más bien conociendo lo que fue
Jesús. Jesús fue una revelación de Dios. Aprendéis de Dios a través de Jesús, observando la divinidad de su vida, no
dependiendo de sus enseñanzas. De la vida del Maestro cada uno de vosotros puede
asimilar ese concepto de Dios que representa la medida de vuestra capacidad para
percibir las realidades espiritual y divina, las verdades real y eterna. El
finito jamás puede esperar comprender al Infinito, excepto en cuanto estuvo el
Infinito enfocado en la personalidad espacio-temporal de la experiencia finita
de la vida humana de Jesús de
Nazaret.