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LA ERA DE ACUARIO: LA ERA DE ACUARIO (LA NATURALEZA DE LAS INFLUENCIAS ASTROLÓGICAS)
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De: moriajoan (Mensaje original) |
Enviado: 25/11/2013 00:45 |
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La Era de Acuario
Traducción de Luis Antonio Blanco Andrés Madrid (España)
Prólogo a la traducción española
Elsa M. Glover se doctoró en Física en la Universidad de Purdue (EEUU) y se ha dedicado profesionalmente a la enseñanza de la Física. La Dra. Glover ha estudiado, además, astrología y misticismo cristiano durante muchos años. La autora ha escrito y conferenciado extensamente sobre temas como ciencia y religión, astrodiagnosis y resolución de conflictos por métodos acuarianos. La Era de Acuario alborea y su influencia liberará gradualmente a la humanidad de las ataduras mentales y espirituales que ha sufrido durante cientos de años. Elsa M. Glover nos anuncia esos cambios arrolladores que han de llegar, en su obra La Era de Acuario, ofreciendo esperanza y asegurando que la mente y el espíritu libres alcanzarán alturas aún insospechadas. La Dra. Glover explica cómo durante la Era de Piscis la ignorancia del hombre acerca de su potencial le impedía desarrollar sus capacidades creativas y su falta de autoestima lo mantenía en la dependencia de otros buscando aprobación, y el miedo a lo desconocido lo retraía de la exploración de ideas nuevas o incluso de la asociación con quienes tuvieran una perspectiva distinta de la vida. La Dra. Glover muestra cómo la Era de Acuario ayudará a las personas a romper el caparazón de la ignorancia, la falta de autoestima y el miedo de forma que puedan ser, por primera vez en la historia, auténticamente libres. A medida que las personas adquieran libertad para explorar sus propias naturalezas interiores, el mundo que las rodea y a otras personas, avances sin precedentes llegarán en forma de autorrealización, invención y conocimiento científico, así como en forma de amor universal.
LA NATURALEZA DE LAS INFLUENCIAS ASTROLÓGICAS
“Dios es luz... si caminamos en la luz, como Él está en la Luz, entonces estamos en comunión unos con
otros...” I Juan, 1:5-7.
“Una es el resplandor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas, y una estrella se diferencia de
otra en su resplandor.” I Corintios 15:41.
Cuando hablamos o cantamos generamos ondas sonoras que viajan en todas las
direcciones desde nuestros cuerpos y pueden producir un efecto en quienes las
escuchen. Nuestros cuerpos generan calor y lo irradian al aire y cuerpos físicos
próximos, calentándolos en consecuencia. Nuestros cuerpos también generan ondas más
sutiles (ondas etéricas, ondas emocionales y ondas de pensamiento) que igualmente
salen de nuestros cuerpos y pueden producir un efecto sobre los que nos rodean si están
“sintonizados” con ellas. El tipo de ondas etéricas, emocionales y mentales que
irradiamos dependen de nuestro carácter. Si somos codiciosos, irradiamos codicia. Si
somos generosos, irradiamos generosidad. Si somos amorosos, irradiamos amor.
El Sol, los planetas que giran a su alrededor y las lunas en las órbitas de esos planetas
son los cuerpos de exaltados seres espirituales. Así como nosotros irradiamos diferentes
ondas de nuestros cuerpos, así también estos exaltados seres espirituales irradian ondas
de diferentes tipos. Al igual que las ondas que irradiamos dependen de la naturaleza de
nuestra personalidad, así la naturaleza de las ondas del Sol, los planetas y las lunas
dependen de la naturaleza de los seres que trabajan en esos cuerpos cósmicos. Los
astrólogos observan que los planetas irradian ondas que tienden a estimular los
siguientes aspectos en el hombre:
*Los astrólogos habitualmente reducen la frase
“El Sol, la Luna y los planetas” a “los planetas”, aunque
se entiende que el Sol y la Luna están incluidos.
Así como el ángulo de los rayos solares determina cuándo la Tierra experimentará el
verano o el invierno, igualmente los ángulos con los que los rayos de los diferentes
planetas alcanzan la Tierra nos influencian. Para determinar los ángulos y los efectos de
los diversos ángulos se divide el cielo, tal como puede verlo una persona desde la
Tierra, en doce secciones llamadas casas, mientras que el camino recorrido por el Sol se
divide en doce secciones llamadas signos del Zodiaco. La primera casa comienza en el
horizonte oriental. El primer signo, Aries, comienza en el punto del cielo donde el Sol
se encuentra al comenzar la primavera.
Los astrólogos observan que la casa ocupada por un planeta indica el área de la vida en
la que las radiaciones planetarias tienden a concentrarse.
Los astrólogos observan que el signo en el que se encuentra un planeta determina la
parte del cuerpo humano en la que los rayos planetarios se enfocarán y el nivel del ser o
de la conciencia en el que igualmente se enfocarán:
Los signos cardinales estimulan la actividad del cuerpo físico; los signos fijos estimulan
la tenacidad en la naturaleza emocional; los signos comunes estimulan la investigación a
través de la mente. Los signos de fuego enfocan la conciencia en la vitalidad; los signos
de tierra enfocan la conciencia en la mente; los signos de agua enfocan la conciencia en
los sentimientos. Cuando nace un niño, el momento para el que se levanta la carta natal
es el de su primera respiración. La razón para ello es que esa primera inspiración lleva
con ella la vibración que tiene la atmósfera en ese momento. Esa vibración es
transmitida desde los pulmones a la sangre y luego a todos las partes del cuerpo,
poniendo en una vibración determinada cada átomo físico. Así el cuerpo se sintoniza
con las vibraciones astrológicas del momento en que tomó su primer aliento. Esta
sintonización persiste durante toda la vida. A medida que los planetas se desplazan en el
cielo durante la vida de la persona, estimulan un aspecto u otro del patrón vibratorio
natal. La persona siente entonces un impulso o una energía dentro suyo que la empuja a
querer hacer algo, dependiendo de los planetas concretos implicados y sus ángulos.
Uno de los objetivos de la evolución es llegar a ser completamente capaz de responder a
los estímulos de todos los planetas. Todas nuestras energías vienen de los planetas y de
las estrellas y sólo en la medida en que somos capaces de recibirlas están disponibles
para ser empleadas por nosotros.
Otro objetivo de la evolución es tener control consciente sobre qué energías usaremos.
Tener la energía necesaria para hacer algo no significa que sea apropiado hacerlo. Ni
todas las energías se combinan armoniosamente. Necesitamos aprender cuándo y cómo
emplear las energías disponibles y cuándo dejarlas pasas simplemente a través nuestro.
Bibliografía
-Heindel, Max, M essage of the Stars , Oceanside, California: The Rosicrucian
Fellowship, 1973.
-Heindel, Max, Simplified Scientific Astrology, Oceanside, California: The Rosicrucian
Fellowship, 1962 .
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“Cada ser humano alberga en su interior un hombre superior, distinto del que podríamos llamar hombre ordinario. Este hombre superior permanece oculto hasta que es despertado. Y cada ser humano puede despertar por sí mismo este ser superior dentro de él.”
(Rudolf Steiner)
“El conocimiento de los mundos superiores”. La Tierra gira sobre su eje, dando una vuelta completa cada veinticuatro horas. A medida que la Tierra vuelve sus diferentes partes hacia el Sol, la vida en la Tierra experimenta sucesivamente el día y la noche. Las criaturas terrestres ajustan sus actividades de modo que durante el día desarrollan aquellas actividades que son favorecidas por la luz y el calor, mientras que durante la noche desarrollan actividades que requieren condiciones de oscuridad y frío. Supongamos que vemos el sistema solar desde una nave espacial que vuela de manera que, desde ella, el centro de la Tierra aparece inmóvil. Visto desde esa nave, el Sol parece desplazarse en círculo alrededor de la Tierra. El sendero del Sol está dividido, de modo que una porción discurre sobre el plano del ecuador terrestre (ver figura 1). Cuando el Sol está en la parte de su recorrido sobre el plano ecuatorial (desde el 21 de marzo al 21 de septiembre), los días son más largos que las noches en el hemisferio norte, el cual experimenta la primavera y el verano. Cuando el Sol está en la parte de su recorrido bajo el plano ecuatorial (desde el 21 de septiembre al 21 de marzo), los días son más cortos que las noches en el hemisferio norte, el cual experimenta entonces el otoño y el invierno. La vida en la Tierra ajusta su ritmo al cambio de las estaciones, empleando la primavera y verano para la procreación y crecimiento, y empleando el otoño y el invierno para la recolecta y la hibernación. El momento en que el recorrido del Sol cruza el plano del ecuador terrestre hacia el norte (hacia el 21 de marzo) se denomina equinoccio de primavera. Partiendo de la posición del Sol en el equinoccio de primavera, el sendero solar se divide en doce secciones, llamadas signos del Zodiaco. Así como el átomo parece tener una estructura similar a la del sistema solar, así también esta estructura de doce secciones aparece en varios niveles en el universo. El cuerpo humano puede dividirse en doce partes, cada una de ellas con una sensibilidad especial a las radiaciones solares que proceden de la parte correspondiente del sendero solar. Más allá de las doce partes del cuerpo humano y de las doce partes del sendero solar (los signos del Zodiaco) existen doce formaciones de estrellas fijas, denominadas constelaciones. Debido a un lento movimiento de nutación del eje de rotación de la Tierra, el plano del ecuador terrestre cambia de orientación gradualmente. Esto causa que el equinoccio de primavera cambie su posición relativa respecto a las constelaciones. Visto desde la Tierra, el equinoccio de primavera tuvo lugar en la constelación de Tauro entre el 3700 a.C. y el 1600 a.C. aproximadamente. Se decía entonces de la Tierra que estaba en la Era de Tauro y la adoración al toro destacó en varias religiones. Durante el equinoccio de primavera todo en la Tierra está impregnado de vida, de modo que cuando el equinoccio de primavera tenía lugar en Tauro, el Sol enfocaba una influencia de Tauro en todas las plantas y criaturas terrestres en el momento de su renovación cada primavera. El equinoccio de primavera tuvo lugar en la constelación de Aries entre el 1600 a.C. y el 498 d.C. aproximadamente. Entonces comenzó el culto al cordero. La sangre del cordero fue empleada para proteger a los semitas originales cuando intentaban escapar de la tierra del toro, llamada “Egipto” en el relato bíblico. Cristo se denominó a sí mismo el Cordero de Dios. El equinoccio de primavera entró en la constelación de Piscis hacia el 498 d.C. y continuará en ella hasta aproximadamente el 2638 d.C. Cristo llamó a sus discípulos a ser “pescadores de hombres” y la mitra de los obispos tiene forma de cabeza de pez. El equinoccio de primavera permanecerá en la constelación de Acuario desde el 2638 d.C. hasta el año 4700 d.C. Ya que el equinoccio de primavera no ha alcanzado aún la constelación de Acuario, podríamos preguntarnos por qué hemos de pensar en la Era de Acuario en el tiempo presente. Una razón para mirar hacia delante es que resulta bueno tener presente la meta hacia la que nos dirigimos, para avanzar directamente hacia ella. Otra razón es que, aunque el equinoccio no entrará en la constelación de Acuario hasta el 2638 d.C., el Sol no sólo enfoca las influencias que proceden de un punto sino de una banda del cielo más ancha que los límites físicos del Sol. Esta banda de influencia solar está ya tocando la constelación de Acuario. De modo que, incluso ahora, la influencia acuariana comienza a ser sentida por algunas personas. Otra razón es que, entre los millones de gentes en la escuela de la vida sobre la Tierra, existen algunas lo suficientemente precoces como para avanzar más rápidamente que otras y están preparadas para entrar en una era nueva antes del tiempo previsto para la humanidad como conjunto. Igualmente, algunas podrían necesitar el permanecer en una era antigua después que la mayoría de la humanidad la hubiera dejado ya atrás. La naturaleza encierra ciclos dentro de otros ciclos. En el ciclo día-noche, la temperatura es más templada de día y más fresca de noche. En el ciclo verano-invierno, la temperatura es más cálida en el verano y más fría en el invierno. Como el ciclo verano-invierno se superpone al ciclo día-noche, los días veraniegos tienden a ser más templados que los de invierno y las noches de verano, más suaves que las del invierno. Similarmente, durante una era las características que le son propias se superponen a las de los ciclos menores que van transcurriendo. En la Era de Piscis el Sol se desplaza por los doce signos del Zodiaco anualmente, proyectando influencias de cada uno, pero una influencia de Piscis se superpone en todo momento. En la Era de Acuario el Sol se desplazará por los doce signos del Zodiaco anualmente, pero una influencia acuariana se superpondrá en todo momento. Los astrólogos han observado que una influencia de Piscis estimula que las personas respeten la autoridad, crean aquello que las autoridades les dicen que hagan y obedezcan las leyes promulgadas por las autoridades. Las “autoridades” de Piscis pueden conseguir su puesto por herencia (reyes y otros individuos de “buena cuna” o alta clase social), por el empleo del poder físico (líderes militares, dictadores), o por una dispensación divina (sacerdotes y clérigos). Las tradiciones y costumbres también son establecidas como “autoridades” y se toman como guías de conducta. Una influencia acuariana, por otra parte, estimula el deseo de romper con la tradición y con la norma autoritaria, estimula el deseo de ejercer libremente la propia iniciativa. Acuario está regido por el planeta Urano y una de las características básicas de Urano es la independencia. Otra características básica del planeta Urano es la superación. A medida que las personas sean estimuladas para desarrollar nuevas ideas, se dedicarán a la investigación científica y desarrollarán su propia creatividad. A medida que las personas superen la incomprensión hacia gentes de otros grupos, religiones, razas y naciones, el amor universal se desarrollará. Acuario también está regido por el planeta Saturno, cuya característica básica es el establecimiento de conexiones entre el pasado, el presente y el futuro. En la Era de Acuario se animará a las personas para que desarrollen la comprensión de las relaciones de causalidad y que la usen para conseguir autocontrol. La vida es una escuela. Las diferentes eras pueden ser comparadas con cursos de esa escuela. Así como en una escuela corriente existen ciertas cosas que los estudiantes deben aprender en cada curso, igualmente en cada era existen ciertas cosas que la humanidad debe aprender. Muchos aprenden inconscientemente. Mas al ignorar su meta, vagan y dan muchos pasos innecesarios que no los llevan directamente hacia la meta. Si, por el contrario, estudiamos el plan de la evolución tal como lo enseñan las estrellas, entonces podremos conocer las lecciones que deberíamos estar aprendiendo y movernos directamente y con seguridad hacia la meta sin desperdiciar esfuerzos.
Bibliografía
-Heindel, Max, The Message of the Stars, Oceanside, California: The Rosicrucian Fellowship, 1973. -Heindel, Max, Questions and Answers. Volume 2, Oceanside, California: The Rosicrucian Fellowship, 1947, pp. 349-66.
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