Cuando te sientes importante,
pierdes energía a través del desgaste de la dignidad del
ego.
Libro de Urantia.
Pág.555
No se trata de destruir el ego ni de anularlo, sino de
educarlo para que su fuerza, esté al servicio de nuestro espíritu, él debe ser
el motor de nuestro auto, pero nosotros debemos ser los conductores y no él,
porque “la verdadera religión es la dedicación del yo, al servicio de valores
significativos y supremos. A medida que evoluciona la religión, la ética se
vuelve la filosofía de la moral y la moralidad se vuelve la disciplina del yo,
por las normas de los significados más altos y los valores supremos, que se
transforman en ideales divinos y espirituales. Así la religión se vuelve
devoción espontánea y una experiencia viviente de la lealtad del
amor.1013
“El hombre moderno es adecuadamente
autoconsciente de la religión, pero sus costumbres de adoración son confusas y
están desacreditadas por su metamorfosis social acelerada y sus desarrollos
científicos sin precedentes. Los hombres y mujeres que razonan quieren redefinir
la religión, y esta demanda obligará a la religión a revaluarse a sí misma,
porque se enfrenta con la tarea de hacer más
adaptaciones de los valores humanos en una generación de lo que hubo de hacer en
dos mil años. Y todo ello influye sobre la actitud social hacia la religión,
porque la religión es una forma de vida así como una técnica de
pensamiento. La verdadera religión
debe ser siempre y al mismo tiempo, el cimiento eterno y la estrella guiadora de
toda civilización duradera.”1013
Si decimos creer en Dios, no seamos idólatras de los
dioses del consumismo, la avaricia y el
egoísmo. Compartamos nuestro pan, pero también compartamos nuestra alegría
interna de “haber encontrado a Dios en nosotros y por nosotros mismos y de hacer
de esto, una experiencia personal.”1731 para que “cada día nos resulte más fácil
hacer lo que es recto.”1740
Trabajemos internamente, para que nuestra religión sea
algo vivo, capaz de generar en nosotros los frutos del espíritu, “Jesús aclaró
que la gran diferencia entre la religión de la mente y la religión del espíritu,
es que mientras la primera es sostenida por la autoridad, la última está
completamente basada en la experiencia personal.”1729
yolanda silva
solano