No deseo que se compre la armonía social y la paz fraternal al precio del sacrificio de la personalidad libre y de la originalidad espiritual”.

 

Libro de Urantia. Pág.1591

 

 

 

El Libro de Urantia está lleno de conocimientos y enseñanzas trascendentes, pero tal vez, una de las verdades más bellas y por lo cual lo hace un libro diferente a muchos otros, es que nos demuestra el empeño que Jesús puso, por hacernos comprender el compañerismo y la hermandad que debíamos practicar todos sus seguidores.

 

“Cierta vez, Santiago Zebedeo preguntó: Maestro ¿cómo podremos ver las cosas de la misma manera y de ese modo disfrutar de mayor armonía entre nosotros?.  Al oír Jesús la pregunta se sintió tan agitado en su espíritu que inmediatamente replicó: Santiago, Santiago ¿ cuándo os enseñé que debéis ver las cosas todos vosotros de la misma manera ?.  He venido al mundo para proclamar la libertad espiritual, para que los mortales tengan la fuerza de vivir su vida individual con originalidad y libertad ante Dios. No deseo que se compre la armonía social y la paz fraternal al precio del sacrificio de la personalidad libre y de la originalidad espiritual”.1591

 

He querido destacar en cursiva este último párrafo, porque es como la columna vertebral de las enseñanzas de nuestro libro, el cual nos repite una y otra vez la importancia de valorar y respetar el libre albedrío de nuestros hermanos y aceptarlos como son, porque “conocer a nuestros hermanos, entender sus problemas y aprender a amarlos, es la suprema experiencia de la vida”.1431

 

El término hermandad es lo que designa a todos los seres humanos como hijos del mismo Padre, pero la fraternidad, el compañerismo que es lo que Jesús nos pide, va muchísimo más allá, porque requiere de una consciencia despierta para amar a los seres humanos con empatía, porque ella nos permite ser tolerantes para poder amarlos como son y no como nosotros quisiéramos que fuesen.

 

yolanda silva solano yosis282@gmail.com