Conocer a Dios es cortar las ataduras de la
muerte.
Libro de Urantia. Pág.1449
La medicina cuántica es de gran ayuda para visualizar el conjunto
de nuestro organismo y sus reacciones porque "los científicos podrán algún día
llegar a medir la energía, las manifestaciones de la fuerza, de la gravedad, de
la luz y la electricidad, pero estos mismos científicos nunca podrán
(científicamente) deciros qué son estos fenómenos del universo. La
ciencia se ocupa de las actividades de la energía física; la religión se ocupa
de los valores eternos. La verdadera filosofía parte de la sabiduría, que trata
de correlacionar estas observaciones cuantitativas y cualitativas. Siempre
existe el peligro de que el científico puramente físico pueda llegar a sufrir
del placer del orgullo matemático y el egoísmo estadístico, sin dejar de
mencionar la ceguera espiritual."1476
Esta se puede aminorar cuando hay humildad, para
reconocer que somos una ínfima parte del Todo, pero que sin embargo cada uno de
nosotros es único, porque cada quien tiene una partícula de Dios que le permite
ser parte de la divinidad y ser potencialmente inmortal. Porque ”conocer a
Dios, es cortar las ataduras de la muerte."1449 Tengamos esto presente para que
"en la confusión sobre los orígenes del hombre, no perdáis de vista su destino
eterno. No olvidéis que Jesús amó aun a los pequeños, y que por siempre aclaró
el gran valor de la personalidad humana."2076
Es
bueno reconocer que por muy aislado que algo parezca a nuestros sentidos, no
lo está en el plano de la medicina cuántica, porque cada una de nuestras
células, es una concentración local de información y energía dentro del todo de
nuestro cuerpo, porque “cuando una célula viva se daña, dispone de la capacidad
de laborar ciertas sustancias químicas que están facultadas para estrimular y
activar las células normales adyacentes de modo que ellas comienzan
inmediatamente la secresión de ciertas sustancias que facilitan el proceso
curativo de la lesión. A la par, estas células normales no lesionadas,
comienzan a proliferar, emprendiendo la creación de nuevas células para
reemplazar a las que pudiesen haber sufrido algún
daño.”735
Convenzámonos, somos un microcosmos con la capacidad de
encauzar nuestras energías y transmutar nuestras emociones. Por eso, a la
medicina cuántica la podríamos denominar la medicina de la conciencia, porque
ella no puede actuar sin nuestro total consentimiento y fuerza de voluntad para
ser capaces de eliminar de nuestra mente todo lo
negativo.
yolanda silva solano yosis282@gmail.com