Cada día
que vive un verdadero creyente, le resulta más fácil hacer lo que es
recto.
Libro de
Urantia. Pág.1740
A los creyentes nos falta la fe y el optimismo para confiar en que
a pesar de todo el mal aparente, la vida no es un valle de lágrimas. “Jesús la
consideraba más bien el valle para forjar almas, la esfera donde nacen los
espíritus eternos e inmortales.”1675
El optimismo, es la fuerza
adicional para la realización de los deseos de nuestra mente, porque él nos hace
creer en Dios, pero también en nosotros mismos, en nuestro esfuerzo y en el
fruto a nuestra constancia. Él nos entrega el valor para enfrentar las
dificultades con buen ánimo, descubriendo el lado positivo de las personas y de
las circunstancias, porque toda moneda, tiene dos caras y el vaso puede estar
medio lleno o medio vacío, porque todo depende del cristal mental con que se
mira.
Cada uno de nosotros deberíamos ser emprendedores y salir en busca
del agua viva que Jesús le dió a la Samaritana, en vez de ser tan propicios a
quejarnos por lo que nos falta. Recordemos que “los candidatos a la vida eterna,
practican una técnica vigorizante y constructiva para para enfrentarse a los agobios de la vida y así cada día que vive un verdadero
creyente, le resulta más fácil hacer lo que es
recto.”1740
Si pudiéramos dar testimonio
de nuestra fe, a través de nuestra alegría y positivismo en
el vivir, podríamos ayudar en forma definitiva a que el mundo fuese diferente,
recordemos que Jesús nos “enseñó a no quitar algo del corazón de
los hombres, sino que nos dijo que trabajáramos solamente para
poner algo dentro de las almas de los demás”
1592.
yolanda silva solano yosis282@gmail.com