Aprender a contentarnos con todo, cualquiera sea nuestra
situación.
Libro de Urantia. 1336
Para un
creyente verdadero, el optimismo, no puede ser una utopía, ni menos una
ingenuidad, ante los males del mundo, porque aun cuando tenga conciencia de
ellos, sabe que el amor es más fuerte y que terminará triunfando sobre el
mal. Jesús “nos enseñó que los entran en
el reino, no se vuelven inmunes a los accidentes del tiempo, ni a las
catástrofes ordinarias de la naturaleza. El creer en el evangelio, no prevendrá
los problemas, pero sí, asegurará que actuaremos sin miedo, cuando ellos
ocurran. El Maestro no nos prometió liberarnos del mar de las adversidades, pero
sí nos prometió que navegaría con nosotros a través de todas ellas.”
1767
No se trata
de ser como el avestruz y esconder la cabeza y negar el mal existente en el
mundo, un verdadero creyente se hace consciente de él, pero en vez de quejarse
inútilmente, ve la manera cómo revertirlo, cómo transmutarlo en un bien, lo cual
es posible si “nos hacemos expertos en arrancar la victoria, de las fauces
mismas de la derrota, aprendiendo a transformar las dificultades temporales, en
triunfos para la eternidad” 1405
El
optimismo, es la fuerza adicional para la realización de los deseos de nuestra
mente, porque él nos hace creer en Dios, pero también en nosotros mismos, en
nuestro esfuerzo y en el fruto a nuestra constancia. Él nos entrega el valor
para enfrentar las dificultades con buen ánimo, descubriendo el lado positivo de
las personas y de las circunstancias.
El
optimismo no es un estado de ánimo transitorio de euforia, ni siquiera lo
podemos identificar con la alegría expresada en forma externa, él es un estado
de conciencia superior, que nos permite alcanzar una gran paz interior, que nos
permite descubrir las bellezas de esta vida, porque“una de las
características más sorprendentes de la vida espiritual, es esa paz dinámica y
profunda, esa paz que trasciende toda comprensión humana, esa calma que
simboliza la ausencia de toda confusión. Tales niveles de estabilidad
espiritual, son inmunes a la decepción.”1101
Esta paz
nace, de la confianza en el amor que Dios nos profesa y porque “nuestro mañana,
está totalmente en manos de nuestro Padre”1436, porque nosotros sólo podemos ver
lo mediático, en cambio Él ve lo que nos conviene también a futuro.
yolanda
silva solano yosis282@gmail.com