Si mis
palabras moran en ti y quieres hacer la voluntad del Padre, conocerás la verdad
y ella te hará libres.
Libro de
Urantia. Pág.1796
En los tiempos
de Jesús, era inviable el hablar con el lenguaje de la ciencia y la tecnología
actual, pero pienso que se refería a esto, cuando nos dijo que si queríamos
entrar en el reino, debíamos renacer. Los maestros espirituales de antaño
hablaban de transmutación de nuestro cuerpo y que se podía programar por medio
del lenguaje, las palabras y el pensamiento, ahora eso se ha probado y explicado
científicamente, que las letras de los antiguos alfabetos, son formas
estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la
estructura geométrica de la creación, por tanto el hombre es responsable directo
de los procesos de la creación positiva o destructiva de la vida ¡con tan sólo
el poder de la palabra!
Los esenios sabían de la
existencia del enorme poder contenido en la oración y la palabra y utilizaron la
energía que canaliza el lenguaje, la cual es la manifestación final del
pensamiento, la emoción y los sentimientos. En las culturas de oriente se usaban
y aun se usan los mantras, los rezos y las plegarias con una intención
predeterminada como técnicas para materializar estados especiales de conciencia, por supuesto que ellos tienen
validez sólo cuando son recitados en forma consciente.
Jesús nos pide:”debéis prestar oído a mis palabras, para
no cometer nuevamente el erro de oir mis enseñanzas con la mente mientras
vuestro corazón no comprende el significado.”2052 Pero si mis palabras moran en
vosotros y quieres hacer la voluntad del Padre, conocerás la verdad y ella os
hará libres.”1796
Como contraparte cabe
preguntarnos ¿no será que este tremendo poder de la palabra que cada día es más
mal usado por nuestra generación, es el culpable de mucho de lo malo que ocurre
en nuestro planeta Urantia?
Las malas palabras o
garabatos, tienen una muy baja vibración, por tanto van contaminando el éter de
la noosfera, al igual que lo hacen las quejas continuas y muchas veces sin
motivo, pero como la palabra es creadora, más temprano que tarde tendremos
razones para quejarnos con propiedad, porque lo hemos atraído con nuestros
pensamientos negativos.
yolanda silva solano yosis282@gmail.com