La mente es un don de la divinidad, pero no es
inmortal cuando funciona sin discernimiento espiritual y cuando carece de la habilidad de adorar y anhelar la
supervivencia.
Libro de Urantia. Pág.403.
“El hombre
generalmente reconoce sólo un tipo de muerte, la cesación física de las energías
vitales, pero en cuanto a la supervivencia de la personalidad existen en
realidad tres tipos de muerte: la muerte espiritual o del alma, la muerte
intelectual o de la mente y la muerte física o muerte del cuerpo y de la
mente”1230. “La mente es un don de la
divinidad, pero no es inmortal cuando funciona sin discernimiento espiritual y
cuando carece de la habilidad de adorar
y anhelar la supervivencia”403.
En verdad, la única
muerte que debería preocuparnos es la muerte del alma, porque ella ocurre
“cuando el mortal rechaza finalmente la supervivencia y espiritualmente está en
bancarrota. Cuando esto sucede, un
consejo coordinado de Uversa, después de haber comprobado los hechos, los
gobernantes de Orvonton, ordenan la liberación inmediata del Ajustador
residente. Este tipo de muerte es final
en su significación, aun cuando la vida física del mortal continúe en su
plenitud. Desde el punto de vista
cósmico, este mortal ya está muerto”1230.
“Cuando el abrazo
continuado del pecado por la mente asociada culmina con la identificación
completa del ser con la iniquidad, entonces, en el momento de la cesación de la
vida, se hace parte de la experiencia evolutiva del Ser Supremo. Nunca más aparece como personalidad, es como
si su identidad nunca hubiera sido” 37.
“Ese mortal
identificado con el pecado, se vuelve completamente carente de espiritualidad en
su naturaleza y por tanto, personalmente irreal y experimentará la extinción del
ser”41 en cambio “si conoces al Eterno, aunque tu cuerpo perezca, tu alma
sobrevivirá en el servicio espiritual.
Serás verdaderamente sabio cuando reconozcas tu insignificancia. Si habitas a la luz de Dios, disfrutarás de
la iluminación del Supremo. Los que
dedican su vida al servicio del Supremo son felices en esta búsqueda de lo
eterno”1452.
yolanda silva solano yosis282@gmail.com