Jesus nos
pide que no seamos místicos pasivos, ni ascetas insulsos,
Libro de
Urantia. Pág. 1931
Porque la mística no es un sentimiento
ocasional, es un proceso que necesita de ser
alimentado y reforzado por automotivaciones y experiencias, pues de lo
contrario, va languideciendo y puede morir si llega a
convertirse en un deber o responsabilidad adquirida, porque todo lo estático
muere. Cuando la mística no es alimentada
por los ideales y las obras concretas, se convierte en un obstáculo para la vida
espiritual, porque seguimos creyendo que aun tenemos mística, cuando en verdad
ella solo se ha convertido en una costumbre que nos impide evolucionar pues
nadie busca lo que ya cree
poseer.
Cuando esto ocurre la mística se
convierte en lastre, porque todo Conocimiento al que no se le extrae el
Significado se vuelve en nuestra contra, pues cada uno debe rendir según lo que
haya recibido, recordemos la parábola de los talentos, el siervo fue reprendido
no por haber perdido el talento que se le había confiado, sino por no haberlo
hecho fructificar.
“Todos los conceptos estáticos
están muertos y son potencialmente malignos. La sombra finita de la verdad
relativa y viviente está en continuo movimiento.1436 Por eso no debemos
aferrarnos a pautas establecidas, ni a una programación social o familiar sino a
un acto volitivo que debe nacer de la comprensión de lo que decimos
creer.
“La religión entonces vive y
prospera, no por la vista y el sentimiento, sino más bien por la fe y el
discernimiento interior. Consiste, no en el descubrimiento de nuevos hechos o en
el hallazgo de una experiencia única, sino más bien en el descubrimiento de significados nuevos y espirituales de los hechos ya
bien conocidos por la humanidad.”1105
Jesús no
nos pide que seamos ascetas, porque “no es lo que entra por la boca lo que
ensucia espiritualmente al hombre, sino más bien lo que procede de su mente y de
su corazón”1712 Él trascendió todas las tradiciones, cuado tuvo la osadía de
reemplazar las manos limpias por un corazón limpio como marca de la verdadera
religión.1671