La mente que
estaba en Cristo, también está en nosotros.
Libro de
Urantia. Pág.1123
El nuevo evangelio que Jesús nos predicó con
su ejemplo, “presenta el alcance espiritual como meta auténtica del
vivir. La vida humana recibió una dotación de
valor moral y dignidad divina. Jesús nos enseñó que las realidades eternas son
el resultado y la recompensa del esfuerzo de una conducta recta en la tierra”
1860.
Por
eso, debemos trabajar nuestra espititualidad, para
no ser “místicos pasivos, ni ascetas insulsos.”1931 porque todo lo espiritual se
consigue a través de nuestra conciencia despierta, capaz de escuchar la guía de
nuestro Espíritu residente, en medio del fragor de la vida cotidiana, en el Aquí
y Ahora, como lo hizo Jesús mientras vivió en
Urantia.
Cuando tomamos conciencia que la espiritualidad es algo técnico que debemos aprender, nuestra condición humana
cambia, porque dejamos de ser contemplativos pasivos y nos vamos convirtiendo en
hacedores del reino en nuestro propio mundo interno, porque permitimos que la
misma “mente que estaba en Cristo, también esté en
nosotros”1123
Porque, “un Hijo
creador de Dios se ha vuelto uno de vosotros, es vuestro hermano mayor, de hecho
en espíritu os volvéis verdaderamente emparentados con Cristo, el victorioso
Miguel, entonces en espíritu también debéis ser hijos de ese Padre que vosotros
tenéis en común, aun del Padre Universal de todos” 448.
“La experiencia de una vida religiosa dinámica es la que
transforma al individuo mediocre, en una personalidad de poder idealista.”1094
Nos pemite encontrar la paz interior y la alegría externa porque “la felicidad
y el regocijo se originan en la vida interior.”1220
yolanda silva solano yosis282@gmail.com