El orar es recordarse a sí mismo, el adorar es olvidarse de sí
mismo.
Libro de Urantia. Pág.1616
La
adoración no pide nada, ni espera nada a favor del que adora. No adoramos al Padre para recibir algo de tal
veneración, rendimos devoción y nos dedicamos a la adoración, como reacción
espontánea y natural al reconocimiento de la incomparable personalidad del Padre
y a causa de su naturaleza amante y de sus adorables atributos” 65.
Esta, es la gran diferencia entre adoración y la
oración, la última incorpora casi siempre una súplica, o es sólo una frase
repetida en forma absolutamente mecánica y que por supuesto no tiene ninguna
significación en cuanto a la evolución espiritual se refiere. ¿De qué sirve un culto o una liturgia si no
se contacta con el espíritu y se manifiesta en obras?. Si los que nos
llamamos cristianos, no sólo nos
limitáramos a rezar la maravillosa oración del Padre nuestro que Jesús nos
enseñó, sino que nos hiciéramos conscientes de cada una de sus frases y las
pusiéramos en práctica en nuestra vida cotidiana ¿sería acaso el mundo lo que
hoy es?.
“La oración verdadera es en realidad una comunión entre
el hombre y su Hacedor. No debe prostituirse hasta el punto de volverse un
sustituto de la acción”997. “No seáis
tan perezosos como para pedir a Dios que solucione tus dificultades, pero no
vaciles jamás en pedirle sabiduría y fuerza espiritual para guiarte y sostenerte
mientras atacas con resolución y valor los problemas que te afligen” 99.
“El orar es recordarse a sí mismo, el adorar es
olvidarse de sí mismo.. La adoración es
atención sin esfuerzo, descanso real e ideal del alma, ejercicio espiritual que
lleva al sosiego”1616 Porque “la felicidad más elevada está indisolublemente
vinculada con el progreso espiritual y produce un deleite
duradero.”1098
yolanda silva solano yosis282@gmail.com