No debemos ser
místicos pasivos ni ascetas insulsos.
Libro de
Urantia. Pág. 1931.
“La
adoración, la contemplación de lo espiritual, debe alternar con el servicio, con
el contacto de la realidad material. El
trabajo debe alternar con el esparcimiento, la religión debe ser equilibrada con
el buen humor. La filosofía profunda
debe ser aliviada por el ritmo de la poesía.
El esfuerzo del vivir, la tensión temporal de la personalidad, debe ser
aliviada por el reposo de la adoración.
Las sensaciones de inseguridad que surgen del temor del aislamiento de la
personalidad en el universo, deben ser contrarrestadas por la contemplación, con
fe en el Padre y por el intento de comprender al Supremo”
1616.
“Jesús vivió una religión de
servicio y proclamó la buena nueva de que -conoce a Dios y conócete a ti mismo
como un hijo de Dios.” 67. “La
experiencia de conocer a Dios, la conciencia religiosa, debe estar dispuesta a
someterse a la crítica inteligente y a una interpretación filosófica razonable,
no debe tratar de ser una cosa separada de la totalidad de la adoración”
69.
No se puede tener una posición de adoración a
ciertas horas y luego olvidarnos durante el día de nuestra filiación
divina. “El individuo verdaderamente
religioso intenta identificar el yo con el universo y luego dedica las
actividades de este yo unificado al servicio de la familia universal de sus
semejantes humanos y sobrehumanos”
67.
“La
evolución no nace de las meditaciones místicas, ni de las contemplaciones
aisladas, sino del empleo práctico que hagamos de ellas”, pues “no debemos ser
místicos pasivos ni ascetas insulsos”
1931.
yolanda silva
solano