Estamos comenzando una temporada que llama a la gratitud, el gozo y la paz —pero puede que no siempre me sienta de ese modo en medio del bullicio. A veces el ajetreo, las compras y el gentío son divertidos, pero a veces no. Así que tomo este día para centrar mi atención en lo interno.
En mi centro mora Dios. Mi naturaleza divina me permite utilizar todos los atributos divinos e invocar fortaleza, sabiduría, amor, orden o cualquier don que necesite.
La Presencia divina está en mí, a mi alrededor y se expresa por medio de mí. Honraré y celebraré el Niño Divino. Con un solo aliento, alineo mi atención con mi identidad espiritual —en este universo de abundancia y bien.