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~~CATECISMO~~: El año litúrgico, origen y significado
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De: Atlantida (Mensaje original) |
Enviado: 04/10/2017 02:41 |
La celebración del Año Litúrgico es la
vivencia de la vida de Cristo, todas sus etapas desde su nacimiento
hasta su muerte.Origen del Año Litúrgico
Las fiestas cristianas han surgido paulatinamente a través de los
siglos. Estas nacen de un deseo de la Iglesia Católica de profundizar en
los diversos momentos de la vida de Cristo. Se comenzó con la fiesta
del Domingo y la Pascua, luego se unió Pentecostés y, con el tiempo,
otras más. Los misioneros, al evangelizar, fueron introduciendo las
fiestas cristianas tratando de dar un sentido diferente a las fiestas
paganas del pueblo en el que se encontraban. Podemos compararlo con una
persona que recibe un regalo con una envoltura bonita, la cual guarda y
utiliza posteriormente para envolver y dar otro regalo. La Iglesia tomó
de algunas fiestas paganas las formas externas y les dio un contenido
nuevo, el verdadero sentido cristiano.
La primera fiesta que se celebró fue la del Domingo. Después, con la
Pascua como única fiesta anual, se decidió festejar el nacimiento de
Cristo en el solsticio de invierno, día en que numerosos pueblos paganos
celebraban el renacimiento del sol. En lugar de festejar al “Sol de
Justicia”, se festeja al Dios Creador. Así, poco a poco, se fue
conformando el Año litúrgico con una serie de fiestas solemnes, alegres,
de reflexión o de penitencia.
La liturgia es la manera de celebrar nuestra fe. No solo tenemos fe y
vivimos de acuerdo con ella, sino que la celebramos con acciones de
culto en las que manifestamos, comunitaria y públicamente, nuestra
adoración a Jesucristo, presente con nosotros en la Iglesia. Al vivir la
liturgia, nos enriquecemos de los dones que proceden de la acción
redentora de Dios.
La liturgia es el conjunto de signos sensibles, eficaces, de la
santificación y del culto a la Iglesia. Es el conjunto de la oración
pública de la Iglesia y de la celebración sacramental.
Liturgia viene del griego leitourgia, que quiere decir servicio público, generalmente ofrecido por un individuo a la comunidad.
El Concilio Vaticano II en la “Constitución sobre la Liturgia” nos dice:
“La liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los
signos sensibles significan y cada uno a su manera, realizan la
santificación del hombre y así el Cuerpo místico de Jesucristo, es
decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro".
La liturgia es la acción sagrada por excelencia, ninguna oración o
acción humana la puede igualar por ser obra de Cristo y de toda su
Iglesia y no de una persona o un grupo. Es la fuente de donde mana toda
la fuerza de la Iglesia. Es la fuente primaria y necesaria de donde
deben beber todos los fieles el espíritu cristiano. La liturgia invita a
hacer un compromiso transformador de la vida, realizar el Reino de
Dios. La Iglesia se santifica a través de ella y debe existir en la
liturgia por parte de los fieles, una participación plena, consciente y
activa.
Cada celebración litúrgica tiene un triple significado:
1. Recuerdo: Todo acontecimiento importante debe ser
recordado. Por ejemplo, el aniversario del nacimiento de Cristo, su
pasión y muerte, etc.
2. Presencia: Es Cristo quien se hace presente en las
celebraciones litúrgicas concediendo gracias espirituales a todos
aquellos que participan en ellas, de acuerdo a la finalidad última de la
Iglesia que es salvar a todos los hombres de todos los tiempos.
3. Espera: Toda celebración litúrgica es un anuncio
profético de la esperanza del establecimiento del Reino de Cristo en la
tierra y de llegar un día a la patria celestial.
El Año litúrgico es el desarrollo de los misterios de la vida, muerte y
resurrección de Cristo y las celebraciones de los santos que nos propone
la Iglesia a lo largo del año. Es vivir y no sólo recordar la historia
de la salvación. Esto se hace a través de fiestas y celebraciones. Se
celebran y actualizan las etapas más importantes del plan de salvación.
Es un camino de fe que nos adentra y nos invita a profundizar en el
misterio de la salvación. Un camino de fe para recorrer y vivir el amor
divino que nos lleva a la salvación.
Los Tiempos litúrgicos
El Año litúrgico está formado por distintos tiempos litúrgicos. Estos
son tiempos en los que la Iglesia nos invita a reflexionar y a vivir de
acuerdo con alguno de los misterios de la vida de Cristo. Comienza por
el Adviento, luego viene la Navidad, Epifanía, Primer tiempo ordinario,
Cuaresma, Semana Santa, Pascua, Tiempo Pascual, Pentecostés, Segundo
tiempo ordinario y termina con la fiesta de Cristo Rey.
En cada tiempo litúrgico, el sacerdote se reviste con casulla de diferentes colores:
Blanco significa alegría y pureza. Se utiliza en el tiempo de Navidad y de Pascua
Verde significa esperanza. Se utiliza en el tiempo ordinario
Morado significa luto y penitencia. Se usa en Adviento, Cuaresma y Semana Santa
Rojo significa el fuego del Espíritu Santo y el martirio. Se utiliza en las fiestas de los santos mártires y en Pentecostés.
El Adviento
es tiempo de espera para el nacimiento de Dios en el mundo. Es recordar
a Cristo que nació en Belén y que vendrá nuevamente como Rey al final
de los tiempos. Es un tiempo de cambio y de oración para comprometernos
con Cristo y esperarlo con alegría. Es preparar el camino hacia la
Navidad. Este tiempo litúrgico consta de las cuatro semanas que preceden
al 25 de diciembre, abarcando los cuatro domingos de Adviento.
Al terminar el Adviento, comienza el Tiempo de Navidad,
que va desde la Navidad o Nacimiento, que se celebra el 25 de diciembre
y nos recuerda que Dios vino a este mundo para salvarnos.
La Epifanía
se celebra cada 6 de enero y nos recuerda la manifestación pública de
Dios a todos los hombres. Aquí concluye el Tiempo de Navidad.
El Primer tiempo ordinario es el que va de la fiesta de la Epifanía hasta inicio de Cuaresma.
En el Primer y Segundo tiempo ordinario del Año litúrgico, no se
celebra ningún aspecto concreto del misterio de Cristo. En ambos tiempos
se profundizan los distintos momentos históricos de la vida de Cristo
para adentrarnos en la historia de la Salvación.
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza
y se prolonga durante los cuarenta días anteriores al Triduo Pascual.
Es tiempo de preparación para la Pascua o Paso del Señor. Es un tiempo
de oración, penitencia y ayuno. Es tiempo para la conversión del
corazón.
La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Resurrección. En el Triduo Pascual se recuerda y se vive junto con Cristo su Pasión, Muerte y Resurrección.
El Domingo de Pascua es la mayor fiesta de la Iglesia, en la que se
celebra la Resurrección de Jesús. Es el triunfo definitivo del Señor
sobre la muerte y primicia de nuestra resurrección.
El Tiempo de Pascua es tiempo de paz, alegría y esperanza. Dura cincuenta días, desde el Domingo de Resurrección hasta Pentecostés,
que es la celebración de la venida del Espíritu Santo sobre los
apóstoles. En esta fiesta se trata de abrir el corazón a los dones del
Espíritu Santo.
Después de Pentecostés sigue el Segundo tiempo ordinario del año litúrgico que termina con la fiesta de Cristo Rey.
El eje del Año litúrgico es la Pascua. Los tiempos fuertes son el Adviento y la Cuaresma.
Durante el Adviento, Navidad y Epifanía se revive la espera gozosa del
Mesías en la Encarnación. Hay una preparación para la venida del Señor
al final de los tiempos: “Vino, viene y volverá”.
En la Cuaresma, se revive la marcha de Israel por el desierto y la
subida de Jesús a Jerusalén. Se vive el misterio de la Muerte y
Resurrección de Cristo: “Conversión y meditación de la palabra de Dios”.
En el Tiempo Pascual se vive la Pascua, Ascensión y Pentecostés en 50
días. Se celebra el gran domingo: “Ha muerto, vive, ¡Ven Señor Jesús!
En los tiempos ordinarios, la Iglesia sigue construyendo el Reino de
Cristo movida por el Espíritu y alimentada por la Palabra: “El Espíritu
hace de la Iglesia el cuerpo de Cristo, hoy ”.
Los cambios de fechas en algunas fiestas del Año litúrgico.
El Año litúrgico se fija a partir del ciclo lunar, es decir, no se ciñe
estrictamente al año calendario. La fiesta más importante de los
católicos, la Semana Santa, coincide con la fiesta de la "pascua judía" o
Pesaj, misma que se realiza cuando hay luna llena. Se cree que la noche
que el pueblo judío huyó de Egipto, había luna llena lo que les
permitió prescindir de las lámparas para que no les descubrieran los
soldados del faraón.
La Iglesia fija su Año litúrgico a partir de la luna llena que se
presenta entre el mes de marzo o de abril. Por lo tanto, cuando Jesús
celebró la Última Cena con sus discípulos, respetando la tradición judía
de celebrar la pascua - el paso del pueblo escogido a través del Mar
Rojo hacia la tierra prometida - debía de haber sido una noche de luna
llena. Hecho que se repite cada Jueves Santo.
La Iglesia marca esa fecha como el centro del Año litúrgico y las demás
fiestas que se relacionan con esta fecha cambian de día de celebración
una o dos semanas.
Las fiestas que cambian año con año, son las siguientes:
· Miércoles de Ceniza
· Semana Santa
· La Ascensión del Señor
· Pentecostés
· Fiesta de Cristo Rey
Ahora, hay fiestas litúrgicas que nunca cambian de fecha, como por ejemplo:
· Navidad
· Epifanía
· Candelaria
· Fiesta de San Pedro y San Pablo
· La Asunción de la Virgen
· Fiesta de todos los santos
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