1920
Una segunda revolución en la moda comenzó hacia el final
de la Primera Guerra Mundial, pero se cimentó después de ella, cuando
Europa y Norteamérica entraron política, económica y culturalmente en lo
que entonces se llamó “el mundo moderno”. La fusión de arte y moda dio
la bienvenida a un estilo extravagante, en lugar de la simplicidad del
corte y la forma que hasta ese entonces estaban en boga.
Las
mujeres optaron por estilos angulosos y materiales prácticos como el
punto, la sarga de seda, el mohair, la kasha y el rayón. Además llevaban
vestidos sueltos tipo bata corta o tipo saco que terminaban por debajo
de la rodilla y que no tenían cintura o se ceñían a la altura de las
caderas, en colores pálidos como el crema, beige,
blanco y pasteles suaves.
Los zapatos atados al tobillo con una
correa conocidos como “Mary Jane”, que una vez fueron tradicionales en
las niñas, se convirtieron con la adición de un tacón cubano en el
estilo femenino clásico de los años veinte.
