También conocida como malamadre o lazo de amor. Esta agradecida
planta de porte colgante necesita luz, pero sin exponerla al sol
directo. Su riego debe ser más moderado en invierno –una vez a la semana
será suficiente–, mientras que en verano hay que incrementarlo y
hacerlo 2 o 3 veces semanales. Es una de las plantas de interior más
duraderas y perfecta para iniciarse en la jardinería. Además puede
reproducirse fácilmente gracias a los hijuelos que salen en alguno de
sus tallos. Estos son todos los cuidados que necesitan las cintas.