Su copa frondosa y tronco ancho lo distinguen de la gran variedad de especies mexicanas. Además, se ganó un lugar en la historia cuando fue el lugar en el que Hernán Cortés, el conquistador español, lloró una de sus batallas perdidas contra el ejército mexica. Gracias a que su madera es suave, no se emplea en la fabricación de muebles y tiene asegurada su existencia.