México es el único lugar del mundo donde se pueden hallar ajolotes, una especie de anfibios exóticos que, a pesar de su madurez, conservan su fisonomía de larva. Está demostrado que puede regenerar sus extremidades e incluso su corazón y cerebro, por lo que algunos científicos lo ven como la clave para encontrar una forma de regenerar órganos y tejidos humanos.