Te brindas voluptuosa e impudente, y se antoja tu cuerpo soberano intacta nieve de crestón lejano, nítida perla de sedoso oriente.
Ebúrneos brazos, nuca transparente, aromático busto beso ufano, y de tu breve y satinada mano escurren las caricias lentamente.
Tu seno se hincha como láctea ola, el albo armiño de mullida estola no iguala de tus muslos la blancura, mientras tu vientre al que mi labio inclino, es un vergel de lóbrega espesura, un edén en un páramo de lino.
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