roídos por dientes de ratas
a quién evocar con jazmines,
a quién llamar a comparecencia
y mirar de frente en los ojos,
limpios de rencor y de traiciones
en vano ha pasado por mí el tiempo,
en vano sacudí las ramas
del gigantesco árbol de la vida:
todo cuanto cayó fue polvo,
deleznable materia de desgaste.
Ulises Varsovia