AYER AGONIZABA
Ayer agonizaba de desencanto
tiritaba de frío por tu ausencia
y la soledad helaba mi cordura,
hoy la agonía se trasmuta en tortura
y tiemblo
de miedo al sospechar
que te he perdido.
Y me resisto a implorarte
que vuelvas,
y me revelo ante la obstinada realidad
de saberte inquilino de mis neuronas
invasor de mi existencia
y con voz queda
pronuncio tu nombre a cada momento
y te pienso
y te imagino
y en silencio te repito,
llenando los instantes del silencio
al que me condenas,
con un imperceptible:
te quiero. A/D
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