¿A quién no le gusta un croissant con un café a media mañana?
Este internacional bollo fue creado en 1683 en Viena para celebrar el fin del sitio turco a dicha ciudad. ¿A qué os recuerda la peculiar forma del croissant? Exacto, a una media luna, como la de la bandera turca. Para los vieneses el hecho de comérselo era, metafóricamente, comerse a los turcos y una manera peculiar de vengarse.