Cuán delicioso es tu recuerdo
que hasta una simple curva de tus dedos
hace del llano pensamiento una ladera
y del amor una palabra certera,
porque yo creo en ti.
Cuán deliciosa es tu existencia
y tu mañana y tu maraña,
que haces del ruido de tus pasos una melodía
y sin saber yo lo sabía
que yo creo en ti.
Cuán delicioso es tu misterio
que se desliza lentamente hasta mi mente
y me satura con premura
de esta idea de que creo en ti.