Cada palabra que se pronuncia es un decreto que se manifiesta en lo exterior. La palabra es el pensamiento hablado.
Por tus palabras serás condenado…o justificado! Esto no significa que los demás nos juzgarán por lo que decimos, aunque esto también es verdad.
No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre, sino lo que de su boca sale. Porque lo que de la boca sale, del corazón procede. Se puede decir más alto, sí, pero no MAS CLARO!!!
Propongo que coloques atención a todo lo que dices y decretas, en un solo día. Recordemos….
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