Alba
¡Oh la noche regada de estrellas que envió desde todos sus astros la más pura armonía de reflejos como ofrenda nupcial a mi tálamo!
¡Cómo suena en mi alma la clara vibración pasional de mi amado, que se abrió todo en surcos inmensos donde anduve mi amor, de su brazo!
La ternura de todos los surcos se ha quedado enredada en mis pasos, y los dulces instantes vividos siguen, tenues, en mi alma soñando...
La emoción que brotó de su vida -que fue en mi manantial desbordado- ha tomado la ruta del alba y ahora vuela por todos los prados.
Ya la noche se fue; queda el velo que al recuerdo se enlaza, apretado, y nos mira en estrellas dormidas desde el cielo en nosotros rondando...
Ya la noche se fue; y las nuevas emociones del alba se han atado. Todo sabe a canciones y a frutos, y hay un niño de amor en mi mano.
Se ha quedado tu vida en mi vida como el alba se queda en los campos; y hay mil pájaros vivos en mi alma de esta noche de amor en tres cantos...
JULIA DE BURGOS
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