En el colegio y en el parque seguramente has visto niños aparentemente diferentes a ti:
con otro color de piel, otro idioma y otras costumbres. Son niños de otros países y,
aunque los veas diferentes a ti, son más parecidos de lo que puedas creer.
Si compartes juegos y amigos con ellos comprobarás que tienen sentimientos como los
tuyos y le gustan las mismas cosas y los mismos juegos que a ti.
Intenta conocerles mejor, saber de donde vienen, cuál es la lengua de su país, por qué su
familia decidió abandonar su tierra…
Hablando con ellos aprenderás como viven los otros pueblos del mundo. Recuerda
que todas las personas tenemos los mismos derechos y no trates a nadie como no te
gustaría que te trataran a ti.
¿Te imaginas que todos los objetos del mundo fueran del mismo color? Así como la
diversidad de colores da riqueza a la vista, la diversidad de personas también aporta
conocimientos y relaciones que te hacen crecer como persona.
No tienes que asustarte de las diferencias, al contrario, aprovecha todo lo que tienen de
bueno para enriquecerte como persona.