Los atentados del 11 de marzo de 2004 (conocidos también por el numeró 11-M) fueron una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid llevados a cabo por una célula de terroristas y ihadistas, tal como reveló la investigación policial y judicial.
Se trata del segundo mayor atentado cometido en Europa hasta la fecha, con 10 explosiones casi simultáneas en cuatro trenes en hora punta de la mañana (entre las 07:36 y las 07:40). Más tarde, y tras un intento de desactivación, la policía detonaría de forma controlada dos artefactos que no habían estallado. Tras ello desactivaron un tercero que permitiría, gracias a su contenido, iniciar las primeras pesquisas que conducirían a la identificación de los autores. Fallecieron 192 personas, y 1858 resultaron heridas.
El de 2004 no fue el primer atentado de corte islamista perpetrado en España. Con anterioridad se había producido el atentado del restaurante «El Descanso» del 12 de abril de 1985, que causó 18 muertes.