El amor es bello, misterioso e impredecible.
No hay nada que pueda atarlo, ni el más grande regalo,
ni la más grande promesa de amor eterno.
He aprendido que el amor puede llegar como un huracán,
sin previo aviso, e irse como un suspiro.
Sin razón ni lógica.
He aprendido, que cuando tengo miedo,
corto la magia y conexión que siento.
Cada nueva relación es una moneda al aire ,
que solo puedo vivir el hoy.
Que puedo llenarme de su sonrisa,
de sus “te quiero” y de sus besos que me llevan
hasta el infinito.
Que cada día es un regalo su presencia, su amor.
No se si será , un amor furtivo de verano,
que me refrescará por un instante y bañará
mi ser de locura,
para irse con el otoño y dejarme nuevamente en soledad,
junto con las hojas secas que vuelan con sabor a olvido.
Mi esperanza, es que dure por toda la eternidad...
Me siento humilde ante Dios por la dicha de amar
y ser amado. Y eso es lo que agradezco.
El amor dejará sus huellas en mí.
Este amor que llegó a mi vida, bendita sea.
Acepto con humildad la sabiduría de Dios,
y espero de todo corazón que este sea ,
el hombre definitivo en mi vida.
Dejaré llegar a mi vida, y como una llamarada,
ese amor iluminará mi existencia,
será una antorcha que caliente ,
definitiva en mí, la llama perpetua de mi corazón.