Larmakrein: Su plan ha funcionado mi Señor, la distracción ha surtido efecto, y los dragones que protegían la retaguardia de la ciudad han caido, y las arpias han asediado toda la noche, han trasladado tropas desde su frente para mantenerlas a raya, debemos apresurarnos pues no soportarán mucho tiempo.
(Frosson): Siron... la tumba de Shynna y sus aliados. Frosson casi sin escuchar a su comandante mantenía la mirada fija en la ciudad.
Larmakrein: Las lluvias provocadas por la Deva no permiten el avance de las armas de asedio, no podremos llevar las torres de asalto ni los arrietes. Las puertas de la ciudad son demasiado fuertes, trepar los muros con escaleras costará muchos a nuestras tropas.
Frosson: Dejame las puertas a mi. Dirije el avance. Cuando las peurtas caigan el ataque será cuerpo a cuerpo, donde nosotros tenemos ventaja.
Las puerta de Siron son de oro masiso, toda la ciudad parece estar hecha de oro, su belleza ribaliza con su poder, los campos desiertos a su alrededor son fáciles de defender desde las enormes torres. Un foso al pie de sus murallas impide un ataque en tierra por cuelquier que no sea por su frente.
Frosson al primer rayo del amanecer empieza a conjurar invocando los poderes de la magia oscura.
La tierra se abre y una enorme llamarada de fuego y roca fundida es elevada hasta los cielos y luego lanzada contra las puertas de la ciudad de Siron las cuales se destruyen inevitablemente. La ciudad perdió en ese momento su mayor poder defensivo, ahora solo queda enfrentarse al enemigo cara a cara.
Frosson: Avancen!!!
Larmakrein: Trazgos primera linea!!!
El retumbar de las armas y el rugir del enemigo estremece todo Siron, los cuernos aullan frenéticamente. Los trasgos avanzan despavoridos para lanzar el primer ataque..
Las tropas de la ciudad aún no se recuperan de la destrucción de las puertas y antes de que formen filas los trazgos erremeten..