Sir Lyoness: - NO!!!-
Los pensamientos secos del elfo-humano contrastan con el eco del sonar de los cuernos de guerra.
En las cercanías de Siron los bosques se tornan espesos y pantanosos, los juncos impiden el galope a caballo. Sir Lyoness debe llegar a pie.
(Sir Lyoness): Empezó, y la princesa aun no recibe refuerzos, debo llegar... debo llegar!!!
El arquero corre desesperado hasta que logra divisar el enorme poder del enemigo.
Los trazgos han arrazado los puestos defensivos de las afueras de la ciudad, las primeras filas han sufrido demasiadas bajas, sin embargo las tropas de elite se organizan al mando del general Lutor.
De pronto el cielo se ilumina y se estruja en un remolino de fuego.. Sir Lyoness: qué es eso?
Una bola de fuego cae sobre las bandadas de trazgos
-De donde vino ese poder?- Sir Lyoness aún confundido se alegra de lo suscedido mientras al borde de la pradera se detiene a pensar.
(Sir Lyoness): qué hago? no podré llegar a la ciudad. no debo llegar a la ciudad!!
El arquero toma una decisión y cambia de rumbo. Al dar el primer paso, contempla con estupor lo que venía detrás de los trazgos.
Legiones guerreros zombis avanzan hacia la ciudad.
La lluvia de flechas lanzadas desde las torres no merman su número, y siguen avanzando hasta pelear cuerpo a cuerpo contra las tropas de Lutor..