Jesús nació en Belén, Judea, en el Año 1, cumpliéndose así muchas profecías del Antiguo Testamento que anunciaron la venida de un Mesías. Se realizó, además, la promesa del profeta menor Isaías que dice:
"...He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo..." puesto que Jesús nació de madre virgen por obra del Espíritu Santo. Su Santidad Cristo fue un personaje único y singular, nacido del linaje de Israel.
En aquellos días reinaba en Judea el Rey Herodes. Unos magos (Zoroastrianos), habiendo visto una nueva estrella en el cielo y entendiendo que significaba que había nacido un Salvador, fueron a Jerusalén a verle.
Cuando tuvo doce años se encontró en el templo en Jerusalén "sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndolos y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas".
Jesús no tuvo educación escolar. Su sabiduría fue divinamente inspirada. Los Mensajeros Divinos reciben su conocimiento directamente de Dios y no necesitan maestros humanos.
Jesús inició su misión Divina a los treinta años cuando el Espíritu de Dios descendió sobre Él simbolizado por una "paloma". "Y hubo una voz de los cielos que decía: "Este es mi hijo amado en quien tengo complacencia". Después de esto, Jesús fue llamado Cristo, es decir, "el que Dios ha escogido" o "el Ungido".
Cristo recorrió Palestina realizando su obra Divina y difundiendo sus sublimes enseñanzas para la purificación de los corazones. Predicó enseñanzas de valor eterno como: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por lo que os ultrajan y persiguen...".
Cristo se refirió a sí mismo como el enviado de ese Dios, de quien dijo que es más grande que Él: "El Padre es mayor que yo". "Mi doctrina no es mía, sino de Aquél que me envió". "No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo porque no busco mi voluntad sino la voluntad del que me envió, la del Padre". "Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, Él me dio mandamiento de lo que he de decir y de lo que he de hablar".
Cristo fue crucificado a los 33 años de edad, entre dos ladrones y con una corona de espinas en su cabeza, después de haber sido injuriado y maltratado. Cristo profetizó que en otra época él volvería a la tierra: "Habéis oído como Yo os he dicho: Voy y vengo otra vez a vosotros".
"Aun tengo muchas cosas que deciros mas ahora no las podéis sobrellevar. Empero, cuando viniera aquél, el espíritu de verdad, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo más todo lo que oyere hablará; y las cosas que han de venir os hará saber".
"Y escribiré sobre Él el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, que es la nueva Jerusalén la cual desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo".
"Acuérdate, pues, de lo que has recibido y has oído y guárdalo y arrepiéntete. Que si no velares, vendré a ti como ladrón y no sabrás a qué hora vendré a ti.
El retorno de Cristo a la tierra quiere decir, entonces, el retorno de la misma Divinidad, el mismo Espíritu de Dios, en otro cuerpo y con otro nombre. Se advierte, también, que hay que estar alerta porque su retorno no va a ser espectacular ni ostentoso sino callado "como ladrón en la noche".
Muhammad, el Mensajero de Dios que fundó la Religión llamada "El Islam", nació en la Meca, Arabia, en 570 d. C., en la familia de una ilustre tribu. El nombre Muhammad significa "El altamente Alabado".
Muhammad era analfabeto y pobre. Llegó a ser reconocido por a bondad y nobleza Muhammad poseía un aspecto distinguido e imponente. Su porte reflejaba "una majestad radiante; fue impresionante y gentil". Era suave, dulce, modesto, misericordioso y generoso. Tenía modales refinados de cortesía y mostraba suma amabilidad no sólo a los seres humanos sino también a los animales.
Su naturaleza pacífica y sensible no estuvo de acuerdo con el medio ambiente caótico e inmoral de su país. La gente era semi-salvaje y bárbara. Por doquiera las luchas sangrientas entre las tribus destruían los hogares. Dominaba una feroz idolatría que llegó al extremo de sacrificar seres humanos a los ídolos. Una desenfrenada lujuria usurpaba la vida de familia. Se mataban parientes y vecinos y enterraban vivas a niñas recién nacidas por considerarlas una maldición.
Con frecuencia Muhammad se retiraba a una cueva en el Monte Hira, al norte de La Meca, para orar y meditar. Una noche, estando tendido en el suelo del Monte Hira, se vio de repente rodeado por una luz que descendía del cielo y se le presentó la gloriosa aparición del arcángel Gabriel, envuelto en luz sobre un trono de fuego, representando al Espíritu Santo. Una vez le dijo: "Levántate; eres el Profeta de Dios. Ve por el mundo y habla en nombre del Señor".
Al salir y predicar hubo una reacción violenta contra su Mensaje por tres razones principales: porque enseño que hay un solo Dios a tribus que creían en 360 ídolos como dioses; sus enseñanzas morales requerían la terminación del libertinaje que no deseaban dejar; los principios que predicó, recalcando que ante la vista de Dios todos los hombres son iguales, fueron como dinamita para el orden injusto que existía.
La misión de Muhammad, fue sumamente difícil. Sufrió incontables persecuciones junto con sus seguidores. En Medina tuvo una magnífica acogida y allí logró formidables éxitos.
Cuando Muhammad murió en 632 d. C., a los 62 años de edad, toda Arabia ya estaba abajo su dirección espiritual y administrativa. "Para la nación Árabe fue como un nacimiento de la oscuridad a la luz. Logró convertir a tribus perversas y bárbaras en un pueblo civilizado y culto y produjo eminentes científicos y literatos".
El nombre de la religión de Muhammad es "El Islam" y significa "Sumisión a la Voluntad de Dios". El libro sagrado de Muhammad, "el Qur'án"
Hoy día, hay más de 350 millones de personas en el mundo que son seguidores de Muhammad. La contribución distintiva del Islam fue el concepto de la nación-estado. El Islam creó la primera nación en la historia. Durante tres siglos 750 a 1050 d. C., ninguna parte del planeta vivía en tal confort, seguridad, paz y felicidad como la agente del Islam. Hicieron valiosas contribuciones a la cultura mundial. Establecieron la primera universidad en Europa, en Córdoba, España. Cirujanos musulmanes fueron los primeros en hacer la disección del cuerpo humano. Ellos fueron los originadores de la química moderna, la meteorología y la geografía. Hicieron adelantos significativos en la medicina y cirugía, álgebra, geometría y aritmética, literatura, agricultura, botánica, astronomía, física, óptica, obras manuales, derecho y arquitectura. Los musulmanes desarrollaron el sistema decimal árabe de la aritmética sin el cual las ciencias modernas y las transacciones comerciales actuales serían imposibles. (Anteriormente se usaban los números romanos).
El Báb, un nombre cuyo significado es "la Puerta", nació en Shiraz, Irán o Persia, el 20 de octubre de l819. Pertenecía a una familia renombrada por su nobleza y era descendiente de Muhammad. El Báb ha sido comparado con Juan el Bautista, el precursor que preparó el camino para Cristo. En forma análoga, el Báb fue el precursor que preparó el camino para la venida del Prometido de todas las religiones, cuyo objetivo sería la unión y hermandad entre las religiones, razas y naciones del mundo encaminadas a traer una Nueva Era para la humanidad.
Sin embargo, la misión del Báb fue doble pues no sólo fue el Heraldo del prometido Mesías sino que fue, primordialmente, un Mensajero o Manifestación de Dios y Fundador de una religión independiente y divinamente revelada.
Era un niño extraordinario y muy avanzado para su edad. Asistió a una escuela elemental, pero un día el maestro le dijo a su tío que él era indigno de enseñar a un niño tan excepcional y que "no hay que tratarlo como a un niño cualquiera porque en Él ya puedo discernir las señales de ese poder misterioso que sólo puede manifestar la Revelación del Señor de la Era.
El martirio del Báb está asociado con un asombroso milagro que está anotado en los registros oficiales del gobierno de Persia. Antes de la ejecución le interrumpieron sus últimas instrucciones a su secretario. Por lo que le dijo al carcelero "Hasta que le haya comunicado todas las cosas que deseo decirle, no hay poder en la tierra que me pueda silenciar". El carcelero, no hizo caso, y obligó al secretario a salir de la celda.
El Báb fue conducido al lugar donde iba a llevarse a cabo su ejecución. Un Regimiento de 750 hombres Disparó, al dispersarse el el humo de los disparos, más o menos diez mil personas fueron testigos de una escena conmovedora. Él Báb había desaparecido de la vista sin haber recibido daño alguno. Empezaron a buscarlo frenéticamente encontrándolo en la misma celda ocupado en completar su interrumpida conversación con su secretario".
Cuando el Báb terminó de dar sus últimas instrucciones se sometió voluntariamente a un segundo intento de ejecución. Actuó otro regimiento porque el primero, lleno del temor de Dios por el milagro que había visto, rehuso repetir el acto. El martirio del Báb ocurrió cuando Él tenía 31 años de edad.
Con este cruel acontecimiento y con la matanza de miles de seguidores del Báb, los enemigos querían acabar con esta nueva Causa Divina pero más bien sirvieron para aumentar el ardor que el Báb había encendido en los corazones, puesto que el Fuego de Dios no puede ser apagado por la atrocidad humana..
"Los escritos del Báb fueron voluminosos y la rapidez con que componía detallados comentarios, profundas exposiciones y plegarias elocuentes, sin estudio o premeditación, es considerada una de las pruebas de su divina inspiración". El principal de los Escritos Sagrados del Báb es "El Bayán", que significa "Exposición", cuyo objetivo primordial fue el de proclamar el cercano advenimiento del Prometido de Dios, quien revelaría un nuevo Orden Mundial encaminado a establecer la añorada era de rectitud, justicia y paz universal. Contiene además nuevas leyes y ordenanzas y llama a los hombres hacia Dios y a la regeneración del espíritu humano.
BAHÁ'U'LLÁH Bahá'u'lláh fue el Mensajero de Dios que fundó la Fe Bahá'í. Su objetivo es la unificación y hermandad entre todas las religiones, razas y naciones del mundo y la espiritualización del carácter humano. Bahá'u'lláh es el Prometido para quien Báb preparó el camino y Él cumplo las profecías de todos los Mensajeros Divinos anteriores que anunciaron la venida del Mesías en una época futura.
Bahá'u'lláh (un nombre cuyo significado es "Gloria de Dios" o "Luz de Dios") nació en Tihrán, capital de Persia o Irán, el 12 de noviembre de 1817 (dos años antes del nacimiento de su Precursor, el Báb), en el seno de una distinguida familia de noble linaje. Era una de las familias más antiguas y renombradas de Persia. Su padre era ministro de la Corona y tenía vastas riquezas, a tal grado que abarcaban pueblos enteros. Bahá'u'lláh era descendiente de Abraham a través de su esposa Cetura; también era descendiente de Zoroastro y del antiguo Rey Yazdigird de Persia, así como de Isaí del Antiguo Testamento quien fue el padre del Rey David.
Bahá'u'lláh, aun en su niñez, tenía una mentalidad mucho más avanzada que la de su edad y su época. Aunque parezca extraño, Él nunca asistió a la escuela ni tuvo profesores privados. Su capacidad era tan extraordinaria y prematura que, cuando tenía solamente siete años, se presentó ante el Rey de Persia para defender a su padre que había sido víctima de acusaciones falsas de adversarios envidiosos y convincentemente estableció su inocencia.
Bahá'u'lláh poseía sabiduría y comprensión innatas, una cualidad dada por Dios que es distintivo de una Manifestación Divina.
'Abdu'l-Bahá explicó que: "Desde el principio... (la Manifestación de Dios) es consciente de los secretos de la existencia y desde su infancia aparecen en ella claramente los signos de su grandeza".
Cuando Bahá'u'lláh tenía 22 años, su padre murió; por lo tanto, tomó a su cargo la administración de las enormes propiedades de la familia. A Bahá'u'lláh, se le ofreció el cargo de su padre como ministro de la Corona pero Él no lo aceptó.
Bahá'u'lláh era supremamente generoso y amable con los pobres, los afligidos y los desconsolados entre quienes era bien conocido. Era considerado por ellos como un refugio y un consolador y le llamaban "el padre de la compasión".
El renuncio a todas sus posesiones , para servir a Dios,
En 1853, Bahá'u'lláh, junto con algunos otros creyentes, fue condenado al encarcelamiento en una mazmorra subterránea de Tihrán.
Para llegar allí, fue obligado a caminar desde el pueblo donde le tomaron prisionero hasta la capital, descalzo, encadenado y "expuesto a los candentes rayos del sol del verano". El camino estaba bordeado de multitudes fanáticas que le ridiculizaron, insultaron y apedrearon y rompieron sus vestiduras durante todo el trayecto, hasta llegar, con los pies sangrantes, a la "mazmorra negra", tres pisos bajo tierra.
Fue en esta oscura mazmorra donde el "Mas Grande Espíritu" descendió sobre Bahá'u'lláh; allí recibió la plena potencia de su iluminación y el poder de la Revelación Divina inundó su alma con las enseñanzas de una Fe hermosa.
Lo que Dios reveló a Bahá'u'lláh fue que Él era su escogido mensajero para esta nueva era, para quien los grandes profetas anteriores, que aparecieron en sucesión de época en época, prepararon el camino y profetizaron su venida; que Él estaba predestinado para ser el Canal del Espíritu Santo por medio de quien se daría a conocer al mundo el nuevo y asombroso Mensaje de Dios que encierra enseñanzas para la unidad de la humanidad, la renovación espiritual del amor, la justicia y el patrón para una nueva civilización universal.
Además de difundir su Sabiduría Divina dondequiera que fuera y de realizar incontables actos bondadosos y notables, Bahá'u'lláh verificó numerosos milagros. Abundan las cosas sobrenaturales en su vida y son reconocidas en el oriente aún por personas extrañas a la Fe. Bahá'u'lláh no quiso que se citaran estos milagros como pruebas de su Divinidad porque los milagros, a veces, son interpretados como meras historietas y no constituyen pruebas decisivas para todos.
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