TRECE LUNAS
El Plan Maestro de la Cultura Galáctica es la estrategia global de conversión económica del Movimiento Mundial de Paz de Cambio al Calendario de Trece Lunas.
La verdadera economía se trata de cómo lograr el mejor uso de lo mínimo para lograr lo máximo con un gasto ínfimo.
En la naturaleza no hay pérdida.
La biosfera, que es el orden económico natural, está en un continuo proceso de reciclaje.
En forma más precisa, la biosfera está gobernada por el principio de la migración biogénica de los átomos, el cambio en los estados químicos de las composiciones moleculares que se debe a los procesos naturales e inevitables de la vida: digestión, respiración, evacuación, cultivo, etc.
En su condición actual, la humanidad es totalmente desobediente a las leyes naturales de la economía a través de las cuales funciona el resto de la biosfera.
La economía practicada por la cultura humana dominadora es el opuesto exacto de la economía de la biosfera: cómo lograr lo menos de lo máximo y producir enormes cantidades de basura.
Esto genera un estilo de vida en que el individuo está enajenado de los procesos orgánicos de la naturaleza y prácticamente todas las necesidades son procesadas en forma industrial, envasadas, embarcadas y comercializadas para ser vendidas en palacios de consumo llamados supermercados y shopping malls.
Todo esto es el resultado de operar en una frecuencia de tiempo artificial que está en desacuerdo con la frecuencia de tiempo natural de la biosfera.
El comportamiento de una criatura es el reflejo de lo que esa criatura cree.
La creación del monstruo económico del consumismo materialista moderno, es una función de un enfoque mundial comprendido en forma insuficiente y aplicado erróneamente. Para corregir el sistema económico desequilibrado y derrochador de la humanidad, primero que nada se necesita tener el enfoque adecuado.
El descubrimiento de la ley del tiempo y la resultante identificación de la frecuencia de tiempo artificial 12:60, nos permite el análisis correcto y la solución al grave problema de la economía de fin de tiempo.
Tal como el establecimiento de la frecuencia de tiempo 12:60 permitió comprobar que el universo no era geocéntrico sino heliocéntrico, así el descubrimiento de la Ley del Tiempo de la cuarta dimensión verifica que el universo no es heliocéntrico sino teocéntrico, centrado en Dios.
El universo heliocéntrico es la tercera dimensión física.
La ley del tiempo afirma que el tiempo es la cuarta dimensión.
El tiempo es de la mente.
El universo teocéntrico es mental y conocible a través de la mente.
La mente no se extiende más allá del momento.
Toda la realidad ha de ser encontrada en el momento.
En el centro de la realidad está Dios, el principio de la creación divina que informa de todos los fenómenos de su esencia y propósito. Siendo de la cuarta dimensión y de la mente, la consciencia vivida de acuerdo a la ley del tiempo es teocéntrica o centrada en Dios.
La ley del tiempo, obligatoria y objetivamente, verifica aquellas que sólo eran intuiciones teológicas o místicas de las eras pasadas.
La medida del tiempo humano, otorgada por Dios en la Tierra, en su órbita solar es el ritmo biológico del ciclo femenino de 28 días:
"Todo nace de la mujer" por lo tanto, la medida humana correcta son trece lunas perfectas,
de 28 días cada una, más un día para el perdón y el olvido.
Esta es una medida de tiempo equilibrada y justa que, si la seguimos, resultaría en una igualdad de todos los valores de acuerdo con la norma biosférica. El descubrimiento de la ley del tiempo afirma que la medida indígena y prehistórica del calendario de trece lunas es la medida adecuada para la conducta y los asuntos humanos, divinamente ordenada. El conocimiento de la medida correcta de tiempo conocida como el calendario de trece lunas, supera al antiguo calendario así como también, a todas las instituciones y al conocimiento erróneo que conlleva este antiguo calendario.
El calendario antiguo y el tiempo controlado por él están dominados por la economía.
¿Por qué? Porque la economía 12:60 (12 meses el año, 60 minutos la hora), es una economía basada en el lucro. Los valores espirituales y morales basados en el lucro son el denominador común más pobre del viejo tiempo.
Como resultado, la sociedad del viejo tiempo está controlada por un cartel planetario de banqueros que han llevado el tema de la ganancia a la cima en la invertida escala de valores. La economía neo-liberal de libre mercado es el nombre para el fin de los tiempos, de la forma final de este sistema de creencias basado en el valor de la ganancia.
¿Qué hay detrás del tema de la ganancia?
La usura y la codicia, racionalizada por los filósofos del siglo XVIII, como el "auto interés en la iluminación". Sin embargo, el "auto interés en la iluminación" tiene muy poca relación con la "auto
Que la codicia y la usura puedan estar tan institucionalizadas como para dominar el sistema de creencias de toda una especie, para transformarse en su detrimento social y en un costo ecológico, se debe a la imposición de un tiempo artificial e irregular codificado como el anacrónico calendario gregoriano.
Fortalecido por el reloj mecánico artificial y cruelmente exacto (en sus propias palabras),
el calendario gregoriano generó el dañino y falso dogma: "el tiempo es dinero".
Una medida artificial e irregular es una medida desequilibrada e inadecuada. Una medida inadecuada es por último una medida inmoral, agregándole e induciendo valores inmorales. Donde existe una medida falsa comúnmente aceptada, ocurre la corrupción a gran escala, incluso se introduce en lo más sutil de los valores sociales. La medida de tiempo torcida, incorporada en el calendario gregoriano de 12 meses hace que la usura sea una constante social comúnmente aceptada. ¿Cómo así?
Cuatro semanas de siete días o 28 días es una medida equitativa para una luna.
Cuando la medida del tiempo irregular excede la norma biológica de cuatro semanas de 28 días, entonces se hace fácil institucionalizar los impuestos, el préstamo de dinero y la usura.
Si los sacerdotes y los banqueros controlan el calendario, entonces es fácil tomar los días "extras" siguiendo el día 28, de once de los doce meses del calendario gregoriano y convertirlos en tasas de interés y multas por impuestos basados en las proporciones fraccionales de los días extra en relación a las cuatro semanas.
Aquí está la raíz de la glorificación de la ganancia, la institucionalización de la usura en tasas de interés e inversiones bancarias y la creación de una sociedad esclava del consumismo económico que no es nada de económica. En otras palabras, la base principal de los motivos humanos es ahora intrincadamente una parte del sistema del tiempo humano, el Calendario Gregoriano.