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Wicca: LOS CUATRO ELEMENTOS
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De: maripo55 (Mensaje original) |
Enviado: 08/12/2006 17:49 |
LOS CUATRO ELEMENTOS En tiempos antiguos se tomó considerable nota para la comprensión de los elementos, puesto que se les consideraba los ladrillos de construcción del Universo, y muchos creyeron que ellos eran parte también de su estructura básica propia. Los Sabios de esos tiempos los vieron como un reflejo del universo. Estudiaron las estrellas y la naturaleza, y utilizaron la información que reunieron como un método para comprender a su Creador y sí mismos. Todos nosotros ahora vivimos entre naturaleza, aún quienes viven en pueblos y ciudades, y a la mayoría de nosotros nos tranquiliza caminar por el campo o a lo largo de la playa. Pocos de nosotros se toman el tiempo para verdaderamente estudiarlos, pero si nos interesamos en seguir estas creencias antiguas, hallaríamos que la misma naturaleza contiene la clave de mucho conocimiento interno sobre nuestra propia naturaleza, y la parte que desempeñamos en el gran Plan Cósmico.
Cada día nos calentamos con Fuego, Nos bañamos con Agua, Sentimos el Viento en nuestros cabellos, Caminamos sobre la Tierra.
Muchos se pasmarían al darse cuenta que esos mismos elementos se pueden interpretar como funcionando dentro de nosotros.
Estamos hechos por las mismas leyes, y estos elementos no sólo se sienten alrededor de nosotros, sino que muy ciertamente se pueden expresar a sí mismos en muchas formas dentro de nuestra naturaleza. A causa de esto los elementos son considerados por algunos como muy importantes y, por analogía, se pueden comparar como sigue: Fuego = Deseo Agua = Emociones Aire = Pensamiento Tierra = Estabilidad Hay muchos dichos que han resultado de estos, y no es por accidente que oímos cosas tales como: Las Llamas de la Pasión (FUEGO) Ahogados por la Emoción (AGUA) La Brisa fresca de la Razón (AIRE) Sólido como una Piedra (TIERRA) Y hay muchas analogías más, si nos interesamos en pensarlas. Mientras más estudiamos la naturaleza, y la comparamos con nosotros, más podemos saber y quizás aprender y a entendernos, y lo especial de nuestra propia individualidad. ¿Alguna vez deseó saber porqué decimos "Dios el Padre," y llamamos al mundo en que vivimos como "la Madre Tierra"? La naturaleza se puede considerar como la Novia y el reflejo de la Creación. El Padre es el Creador, la Madre es quien alimenta a todo lo que se manifiesta en la Tierra - ambos funcionando en polaridad perfecta.
Se nos dice que todo en la naturaleza está hecho con los 4 elementos básicos, y vale la pena examinar cómo esto puede afectarnos también. LOS REINOS ELEMENTALES Se dice que los Reinos Elementales representan las Fuerzas Internas Espirituales de los 4 elementos. Se muestran como imágenes que las gentes han construido a lo largo de muchos cientos de años y que han asumido una vida separada propia. Algunos son sumamente visibles, y el antiguo pueblo Celta recoge muchos relatos de los Gnomos, Hadas, y Duendes, o las "Personas Pequeñas," como los irlandeses a menudo los llaman. Todos estos son parte del elemento Tierra. Menos comúnmente conocidos son los Silfos, las Salamandras y las Ondinas, que son parte de los elementos Aire, Fuego y Agua respectivamente. Cada Reino Elemental reside bajo la dirección de un Rey Elemental, quien a su vez sirve a uno de los 4 grandes Arcángeles. Juntos controlan los esquemas del clima del mundo.
Los elementales son criaturas traviesas, de quienes se dice que son tan encantadores, que pueden conducirnos al olvido de nuestro propio destino en tierra. Pero en verdad esto simplemente significa que la obsesión - como con cualquier cosa- puede tentarnos a vivir en un mundo de fantasía de sueños y falsas promesas, dejándonos incapaces de confrontar y manejar nuestras vidas cotidianas. No obstante, el contacto con ellos no solo es inevitable, sino profundamente enriquecedor y, cuando se les trata con amor, respeto, adecuado control, pueden reforzar la magia de nuestras vidas al habilitarnos para verdaderamente ver y entender la imponente belleza interna y el poder de los 4 elementos que nos dan vida; y a cambio, nosotros por nuestro contacto con estos Seres, podemos asegurar su existencia continuada.
Los poderosos elementos de Aire, Fuego, Agua y Tierra son el dominio de los reinos Elementales tanto como lo son de nosotros, y se dice que tan sólo con la protección de los Arcángeles, y el permiso de los Reyes Elementales, que podemos conservar cualquier semejanza de control. Aunque los escépticos despacharían su descripción como puros vuelos de fantasía, se nos dice por quienes creen, que los Reyes de los Elementales y sus reinos son parte intrínseca de nuestra herencia. Ellos comparten nuestra existencia, y su espíritu vive dentro de nuestras propias naturalezas tan ciertamente como nosotros experimentamos su naturaleza exterior.
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De: maripo55 |
Enviado: 08/12/2006 17:54 |
EL ELEMENTO FUEGO El Fuego es deseo. Es entusiasta, calentador, y la chispa de la vida. Es apasionado, emocional, indomable, el más poderoso de las fuerzas de la energía, porque él representa la fuerza del Espíritu. Es una llama que palpita, o una llama que destruye. . . Brilla en el Sol. Danza en el Fuego del hogar, atrae el ojo, y el deseo. Da color a la sangre. Es el pulso de nuestro ser. El Fuego es rojo. Es el calor moderado que mueve con deleite la tierra; el ansia por vivir, la luz por la que vemos. Dinámico, movible, lleno de chispas, atrevido, vital, inteligente en su urgencia. El Fuego es activo, se eleva. Es el principio de la vida. Su esencia es la vida, calienta, compele, excita, propulsa con entusiasmo. Ama la pasión de la juventud. El Verano es Fuego - el silencioso pero penetrante latido del corazón de la creación. Es vida en su plenitud. El Mediodía es Fuego, cuando el Sol quema más fuerte. Es estar de pie con los brazos estirados hacia el dador de vida, de luz y calor que fluyen hacia abajo - un acción de gracias a la alegría, la felicidad y la maravilla de juventud. El Fuego es el Cetro de nuestro nacimiento. Es la intrepidez y la irreflexión del joven. Es el salto de deleite salvaje, el bullicio de la excitación. Es nuestra esperanza, nuestra meta, nuestro deseo, nuestra energía y urgencia por el futuro. Vive. ¡Es! El Fuego yace derretido en el centro de la tierra, pero tiene el poder para abrirse paso a través de la corteza. Es nuestro impulso incontenible, nuestro calor, nuestra fiebre, nuestra pasión por amar u odiar. El Aire abanica sus llamas, pero se necesita de la Tierra para contenerlo. Solo el Agua puede apagarlo. El Fuego no puede construir, aunque es la esencia de "ser." No puede absorber, pero por sí mismo, atrae a otros a su tibieza. Da vida, pero puede destruir la vida que da. Es tenazmente protector, pero se necesita protección contra él mismo. El Fuego es el Padre de la Esperanza y el deseo del Espíritu. Es la fuerza viviente. Somos Fuego. Con nuestra chispa de vida, somos divinos. ¡Vivimos! El Fuego dentro de nosotros Si verdaderamente queremos entender los elementos, necesitamos tomarnos el tiempo para estudiarlos e intentar relacionar su conducta con lo que ocurre dentro de nosotros. Por ejemplo, hay una gran diferencia entre la llama del hogar en contraposición a un bosque ardiendo. Uno es tibio e invitador, y el otro puede devastar en su destrucción. ¿Sabes qué hace que una llama continúe ardiendo? Enciende una vela y observa a la llama oscilar en la brisa. Se puede apagar fácilmente por un fuerte viento o un vacío completo- pero la llama de una vela es muy pequeña. De esto, entendemos que el Fuego necesita aire para sostenerse, pero no un ventarrón aullador. El Aire significa pensamiento y razón, y el Fuego significa deseo. ¿Qué aprendemos de esto? ¡El entusiasmo en nuestra naturaleza necesita sostenerse con la constante comunicación y relación, pero razonamiento y lógica en exceso pueden matar nuestro deseo si no es lo suficientemente fuerte en primer lugar, lo mismo que un viento fuerte puede apagar una llama frágil! ¿Cuántas veces te has entusiasmado acerca de algo y después "razonaste" y te convenciste de que no te convenía? ¡Muchas veces, sin embargo, el encuentro con otros puede avivar las llamas, y entonces necesitamos vigilar que no se nos salga de las manos! Las alteraciones emocionales son quizás las cosas más peligrosas, puesto que pueden hundir completamente nuestras esperanzas y deseos, en la misma forma en que el Agua puede apagar al Fuego. Estudia todos los niveles del Fuego, desde la chispa inicial a las poderosas explosiones en la superficie del Sol, y mira las diferentes maneras en que puede comportarse, solo o asociado con los otros elementos. Entonces compáralo con tu propia naturaleza, y ve si puedes relacionarlo dentro de ti o de otras personas. ¡Debe haber algunos resultados interesantes! Cuando has perdido tu camino... Sal y camina hacia el Sol. Siente su radiación en tu cara. O siéntate cerca del Fuego del hogar o de la chimenea y observa como su resplandor lanza sombras danzantes por el cuarto alrededor tuyo. Es confortante y cálido. Absorbe su tibieza y date cuenta de la felicidad que se puede alcanzar al permitirte la libertad de ir detrás de tus más secretos anhelos. Tú eres la única persona que puede hacer realidad tus deseos. Nadie más puede hacer esto por ti. El Fuego se trata de energía y entusiasmo, la vitalidad de la vida. Es acerca del humor y la pasión, y de encontrar el valor de aferrarte a tus convicciones. Es acerca de la esperanza, y sobre todo esperanza del futuro.
ELEMENTALES DEL FUEGO- DJIN Si estás de pie en el calor de un día de verano, y buscas en el cielo, puedes quedar deslumbrado por el resplandor de la luz, pero si miras fijamente en lo profundo del corazón de un bosque en llamas, tal vez puedas ver una figura resplandeciente que danza en el centro. Ese es Djinn, y su Reino queda en el
corazón del Sol y de todos los Fuegos de la tierra, porque él es el Señor del Elemento Fuego, y reside bajo la jurisdicción del Arcángel Mikael, su Amo. Cuando se le pide protección a Mikael, se puede ver a Djinn fluctuando al lado de Él, ávido de cumplir Sus mandatos, como un magnífico genio de la lámpara. Juntos, estos Grandes Seres poderosos dirigen y controlan el movimiento del Fuego, y las fuerzas de la energía de vida alrededor de la tierra. Quien ve a este Rey Omnipotente dice que se les aparece como una explosión de energía estallando en luz, la forma puntiaguda táctil, dotado con zarcillos de calor al rojo blanco y chispas de Fuego, una vibrante masa de llama viviente. Sus ojos de diamante brillan con la oscuridad de las ascuas de carbón, y su capa va del vibrante amarillo al rojo de la lava fundida cuando hace erupción desde adentro de la profundidad de los iracundos volcanes de la tierra. Este Rey es imponente en magnitud, y tan incontenible y aterrador como una tormenta eléctrica pero, aunque parezca feroz, también puede ser tan gentil y confortante como la trémula luz de una vela en un cuarto oscuro, o el calor moderado de una lámpara en una noche invernal. Se dice que si nos atrevemos a captar su mirada, Djinn nos retendrá inmóviles y cautivos, suspendidos en su mirada fija, a medida que quema hasta llegar a los profundos deseos de nuestros corazones -deseos que laten en el centro de nuestro ser- y que cuando habla el crujido de las hogueras resuena en su voz. Es por la fuerza del poder de Djinn que atrae a las diminutas chispas de luz -las Salamandras de su Reino- bajo su mandato. Luminosos y exigentes, llevan sus linternas dentro de sí mismos, llameantes y chispeantes, titilando y cayendo en forma de cascada mientras lo rodean, estallando con energía en su insistencia por entrar en acción. Se dice que, si cerramos nuestros ojos y nos concentramos en nuestra visión interna, podríamos tener la suerte de ver a estos chispeantes seres elementales fluctuar y caer en cascada como un reguero de estrellas luminosas puntiagudas, a medida que se unen en móvil formación, haciendo la danza de la vida en los Fuegos de nuestro corazón.
EL ELEMENTO AGUA
El Agua es emoción, sentimientos, sueños y alimento del corazón. Refresca, enfría, es húmedo, fluido, pesado y misterioso, toma la forma de cualquier cosa que lo contiene. El Agua es el alimento de la vida, y esencial para la vida, puesto que todas las cosas emergieron del mar. El Agua apaga la sed de la Tierra hecha estéril por el Fuego y el Aire. El Agua es serenidad. Es azul, claro y pasivo, pero se cuela por las grietas de nuestras defensas. Fluye con nuestro humor, y no se puede agarrar, ya que se resbala por las manos. Es la rápida corriente de una tormenta en ciernes, la pesada espuma a lomos de las mareas del océano. Puede corroer y ahogar. Empero también es la apacibilidad de las ondas en una piscina de cristal. Mueve, mengua, fluye, limpia, alivia. Es el brillo del Santo Grial, sostenido en alto y desbordando con amor, o repentinamente volcado para sofocar con lágrimas. Es el lamento de la alegría o el sollozo de la angustia. "Camina cuidadosamente con tu corazón, pues te atreves a caminar sobre el Agua". El Agua es crepúsculo - el Sol, sombreado en el oeste, y la líquida luna de plata, escalando lentamente para reclamar el cielo oscurecido de las sombras. Es otoño - el temblor de las hojas a medida que pasa el ánimo del verano.
El Agua es Madurez, la hermana de Sentimiento. Cambia. Ajusta. Es el azul jade de la depresión, y el tinte sutil, pasivo de la alegría. Es nuestro ser astral. Forma nuestros pensamientos, pero los pensamientos pueden darle forma. Es empujado e inspirado por los vientos del aire, absorbido en la plenitud de la Tierra, pero en una tormenta amenaza con ahogar el Espíritu, la energía, el deseo de la vida. Porque el Agua escupe en la cara del Fuego. Sólo el Agua puede traer la santidad del amor verdadero, el balance de la armonía. Es engañoso, sutil y huidizo. Tiene fuerza y poder, ritmo y ciclo, caridad y compasión. Es el espejo brumoso de los instintos subconscientes de nuestro pasado, y nuestra necesidad consciente del futuro. El Agua es el murmullo secreto de nuestro corazón, y la reflexión gentil del Espíritu en manifestación. El Agua dentro de nosotros Las Emociones son tan extrañas e inexplicables como lo es el agua. Ellos surgen dentro de nosotros, a menudo por su propia cuenta, sin tener en cuenta la razón o el pensamiento y, sin control, pueden conducirnos al trauma y la confusión. Muchas veces una persona podrá decir "conozco la lógica del asunto, pero en realidad es un asunto diferente." Cuando estamos heridos a menudo lloramos. Cuando estamos felices a menudo lloramos, y a menos que podamos contener nuestras emociones, podemos anegarnos y a otros con nuestras lágrimas. El Agua necesita ser contenida porque si no corre desenfrenada y desperdiciada. Observa el movimiento de agua cuando cae en forma de cascada, cristalina y clara encima de las rocas de una quebrada, luego compárala con la quietud límpida de un claro herboso junto a un remanso, y cómo se expresan ambas cosas dentro de tu propia naturaleza. Deja correr el agua de la llave y siente su frescura deslizándose entre tus dedos, después intenta recogerla con tus manos. Imagina lo que pasaría si e rompieran las paredes de un dique, o si los ríos se secaran y la temporada de lluvias no llegara nunca. Todo esto se puede comparar con los sentimientos dentro de nosotros, tranquilos y mansos como la quietud de un remanso, o tan furioso e incontrolable como las altas y poderosas olas de un mar tormentoso. El Agua es el gran purificador, limpia y lava el desorden y la mugre, lo mismo que la emoción más elevada de amor puede limpiar y revitalizar nuestro ser interno. El Agua no es ligera y luminosa como el Aire, que representa el coqueteo, y no tiene el calor del Fuego, que es el deseo. Es blanda, límpida, maleable, y se puede contener fácilmente o derramar por el toque del amor. Los pensamientos pueden agitar las ondas del agua, o batirlas en una tormenta. Nuestro Espíritu de entusiasmo puede humedecerse severamente por la emoción incontenida, pero la Tierra y la estabilidad dentro de nosotros se avivan y se enriquece con el fresco y gentil toque de la lluvia. ¿Que tan emotivo eres tú? ¿Puedes contener tus sentimientos para que enriquezcan tu naturaleza, y nutrir y reavivar a quienes están a tu alrededor? ¿O eres demasiado reactivo, rápido en ofenderte, o quizá inmovilizado por miedos irracionales? ¿Qué significan la alegría y la tristeza para ti? ¿Te atreves a permitirte amar verdaderamente? Cuando has perdido tu camino..... Camina por una playa, nada en un límpido remanso, o toma una ducha y siente que el agua lava y arrastra tus problemas. Limpia y sosiega. Relájate e imagina la alegría de poder permitir que tus sentimientos fluyan a través tuyo sin restricción ni miedo. Nadie puede tener verdaderamente tu amor a menos que en verdad te ames a ti mismo. El Agua es acerca de la tranquilidad, la apacibilidad y la compasión, el florecimiento de un corazón abierto. Es acerca del amor, y sobre todo el amor de dar sin pedir nada a cambio, y sin condiciones. ELEMENTALES DEL AGUA- NIXSA
Si se está de pie junto al mar en un día ventoso de otoño, y se observa a las olas cuando chocan en la orilla, es posible que en la lejanía se vea una forma translúcida, encorvada, estirándose desde las profundidades del lecho marino abajo. Es Nixsa, y su reino queda en las profundidades de los océanos y los ríos de la tierra. Es el Señor del Elemento Agua, y reside bajo la jurisdicción del Arcángel Gabriel, su Amo. Cuando quiera que Gabriel es invocado por protección, Nixsa se elevará a su lado, fluido y cambiante, trémulo de poder, mientras en chorros de rocío espera hacer su cometido. Juntos dirigen y comandan el movimiento de la lluvia, el flujo y reflujo de las mareas, y las respuestas instintivas sobre la tierra. Quien ve a Nixsa, dice que es una figura arremolinada, majestuosa, de pujante intensidad. Sus cabellos son largos y fluidos, tocados con el brillo húmedo de alga marina, y salpicado como tentáculos de plata y gris. Sus ojos son gotas luminosas, siempre en tembloroso movimiento, reflejando el eco de un siglo de lágrimas, y a su alrededor extiende una capa, del color de alga marina, bordeada con espuma blanca de las altas olas del mar. Nixsa puede ser tan gentil y maleable como un límpido remanso, o danzar y emitir luz como un río que cae en cascadas, pero también puede levantar hasta los cielos inmensas olas oceánicas, tan salvajes e indómitas como una tormenta tenaz. Si atrapamos su mirada, se dice que sus centelleantes ojos devolverán nuestra mirada envueltos en misterio, éxtasis hipnótico, mientras que lentamente saca de nuestras profundidades una desconocida y latente ternura que duerme impresa entre nuestros sueños. Y cuando nos habla, oiremos el distante murmullo de aguas corrientes fluyendo en su voz. Con una persistente ternura en su mandato, Nixsa evoca de los océanos a seres elementales diminutos, conocidos como las Ondinas de su Reino. Llueven en gotas alrededor suyo; pequeños, plateados chorrillos de agua; delicadas y alegres criaturas que danzan con el delfín, y giran en remolinos con las sirenas y peces del mar. Se nos dice que si miramos cuidadosamente, podemos verlos caer en forma de cascada en los arroyos que descienden por las laderas, durmiendo en conchas entre las piedras de las orillas, o paseando alegremente en las espaldas de las olas espumosas de las mareas.
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