– Todas no es la palabra, pues no se puede decir que escogisteis
y previsteis todo lo que os pasa en el mundo, hasta las cosas más
ínfimas; escogisteis el género de pruebas, los detalles son
consecuencia de la posición y con frecuencia de vuestros propios actos.
Si el Espíritu quiso nacer entre malhechores, por ejemplo, sabía a
qué peligros se exponía, pero no cada uno de los actos que practicaría,
pues estos son resultado de su voluntad y de su libre arbitrio. El
Espíritu sabe que escogiendo tal camino habrá de soportar tal género
de lucha; sabe también la naturaleza de las vicisitudes que enfrentará,
pero no sabe cuáles acontecimientos le aguardan. Los detalles de los
acontecimientos nacen de las circunstancias y de la fuerza de las
cosas. Sólo están previstos los grandes acontecimientos que influyen
en su destino. Si tomas un camino lleno de atolladeros, sabes que
debes tomar grandes precauciones para no caer y no sabes en cuál
de ellos caerás; también puede ser que no caigas si eres prudente. Si
pasando por la calle te cae una teja en la cabeza, no creas que estaba
escrito como vulgarmente se dice.