De mañana te expongo mi causa y me quedo aguardando
En silencio.
Dios no necesita de esas palabras nuestras, pero uno necesita decirlo, pues bien.
No hay clamor más intenso de aquel que queda en silencio.
Es un clamor por lo divino. Es un clamor inefable.
Tan intenso es el clamor, que no cabe en un grito.
Orar no es sólo pedir, sino permitir que Él te pueda pedir.
Hacerte disponible. Hacerte disponible en el silencio.
“De mañana te expongo mi causa y me quedo aguardando”.
Dios no necesita de esas palabras nuestras, pero uno necesita decirlo, pues bien.
No hay clamor más intenso de aquel que queda en silencio.
Es un clamor por lo divino. Es un clamor inefable.
Tan intenso es el clamor, que no cabe en un grito.
Orar no es sólo pedir, sino permitir que Él te pueda pedir.
Hacerte disponible.
Hacerte disponible en el silencio.
“De mañana te expongo mi causa y me quedo aguardando”.
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(Lo comparto de mi correo)