PUERTA CERRADA
Oh, la
entrada hacia ti, mística puerta, cáliz de insinuación, de
ofrecimiento, tantas veces alzado sin intento de consumar el brindis, ni
la oferta.
Me hechiza, y a la vez me desconcierta. Golpean mis
nudillos. Oído atento, sólo percibo en el pinar el viento, y las
fragancias que al pasar despierta.
Puedo escalar por el nogal el
muro, e invadir el parterre, mas abjuro de tomar por la fuerza lo que
quiero.
Continúo a tu puerta golpeando, con ese empeño, si
insistente, blando, que sabe sugerirte lo que espero.
Texto de
Francisco Álvarez Hidalgo
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