Sartenes y cazuelas...¡como el primer día!
¿Qué hacer para que recuperen su brillo?, ¿y para quitar de forma sencilla los restos de alimentos?, ¿cuál es más recomendable en función de cada tipo de cocina?...
Una de las primeras cosas que se recomiendan a la hora de utilizar una sartén o una cazuela nueva es, aunque parezca una obviedad, leer las instrucciones de los fabricantes. A partir de ahí existen una serie de consejos que no debes perderte si quieres que tus accesorios de cocina luzcan como el primer día.
- Para guardar adecuadamente las sartenes antiadherentes, lo mejor es, a la hora de apilarlas unas sobre otras, colocar una hoja de papel de cocina entre una y otra.
- Para evitar que se oxiden sécalas bien después de haberlas fregado y frota toda la superficie interior con papel absorbente ligeramente impregnado en aceite.
- Las cacerolas nuevas de hierro fundido deben frotarse con un poco de aceite antes de usarlas por primera vez. Añade luego un poco más de aceite y déjalas a fuego muy suave durante una hora. Retírala, deja que se enfríe y sécala luego con papel absorbente.
- Antes de utilizar las cacerolas de aluminio por primera vez es conveniente cocer en ellas agua con leche, ya que esto evitará que se ennegrezcan. No te olvides de añadir un chorrito de leche cuando cuezas verduras. Antes de guardarlas sécalas bien. Además conviene guardarlas en un sitio ventilado y sin taparlas.
- Las esmaltadas nunca deben utilizarse con cubiertos metálicos, ya que estos podrían rayar su interior.
- Las de vidrio, aunque están hechas de un material termorresistente, no es conveniente que las sometamos a cambios bruscos de temperatura. Lo mejor es emplear una rejilla difusora para evitar el contacto demasiado directo con el fuego.
- Para quitar restos de alimentos, si éstos no están demasiado incrustados, llena la cacerola con agua caliente y un puñado de sal y al cabo de un rato los restos se desprenderán. Pero si estuviesen muy pegados, pon a hervir el recipiente con agua y vinagre (al 50%) durante unos minutos. Añade después un puñado de sal y deja que se enfríe antes de proceder a terminar de limpiarla.
EN FUNCIÓN DEL TIPO DE COCINA...
Decídete por las de hierro fundido si cocinas con gas o con electricidad. El acero y el aluminio también pueden utilizarse en estos sistemas de cocina. Para la vitrocerámica son mejores las de acero recubierto de cobre o las de aluminio de fondo grueso. El cristal podemos emplearlo sobre el gas, placas eléctricas o halógenas. El cobre y el barro darán mejor resultado sobre placas eléctricas.
COMO EL PRIMER DÍA
Para que una cacerola esmaltada quede como nueva, llénala con un litro de agua a la que habrá añadido 10 mililitros de lejía. Déjala en remojo, como mucho, dos horas, para que no se estropee la superficie. Para las baterías de aluminio llena la cacerola con agua y el zumo de un limón y ponla a cocer hasta que veas que brilla. Las de cobre quedarán perfectas si metes medio limón dentro de un recipiente con sal y luego frotas con ello la zona manchada; a continuación enjuágala y sécala muy bien.