Bajo las nubes plúmbeas y letíferas brinca el recuerdo, fugitivo y rancio, y en las calmas beatas y somníferas palpita una fatiga de cansancio.
Recorta el monte su silueta bruna en una fiebre mística de asceta, pues lejos de Guayama, goza una hiperbólica paz de anacoreta.
La conciencia del dombo se ennegrece, cual la de un criminal, y desfallece en la seda de exótico desmayo;
le nacen al dolor siete raíces, y en la pizarra de los cielos grises
Dios escribe su nombre con el rayo.
Luís Pales
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