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Mensajes Para la Familia: En defensa de los valores de la familia
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De: maritza  (Mensaje original) Enviado: 14/06/2009 03:45
 

 

En defensa de los valores de la familia

“No dejes que la televisión sea la niñera barata que silenciosa, pero implacablemente, inculca en tus hijos un conjunto de valores distintos a los que estás tratando de enseñarles”

Controla y revisa las películas que ven tus hijos. Es más, presta atención al sistema de calificaciones vigente en tu país, así como a los servicios cristianos de calificaciones que ofrece la Internet. Muchos padres tienen miedo de establecer ciertos límites, especialmente cuando sus hijos se enfrentan con la presión de los amigos para ver la última película de estreno.

Formando la voluntad de un niño
El paso más importante en todo proceso disciplinario es establecer expectativas y límites de antemano. El niño debe saber qué conducta es aceptable y cuál no lo es, antes de ser considerado responsable de obedecer tales reglas.

La tarea más maravillosa
Padres: la función más importante que tienen es la de brindar a sus hijos una fe inquebrantable en Jesucristo. Nada se compara con la meta de encontrarnos con cada miembro de nuestra familia en la vida venidera.
Si la salvación de nuestros hijos es realmente vital para nosotros, el entrenamiento espiritual debería empezar aún antes de que comprendan de qué se trata. Deberían crecer viendo a sus padres arrodillados ante Dios y hablando con él. Nunca olvidarán lo que han visto y escuchado. Incluso si luego reniegan de su fe, el recuerdo de la fe de sus padres permanecerá con ellos por el resto de sus vidas.
Por este motivo, la Biblia nos dice:
“críenlos según la disciplina e instrucción del Señor”
(Efesios 6:4).

De regreso a la escuela

Una de las mejores maneras de establecer una comunicación entre el hogar y la escuela es la reunión entre padres y maestros.
A continuación ofrecemos algunas pautas para hacer la reuniones más productivas:

1. Antes de la reunión, pregúntale a tu hijo cómo van las cosas en la escuela
(las cosas que le gustan y las que no le gustan)
y trata de descubrir cualquier problema existente.

2. Llega a tiempo. Comienza con una expresión de gratitud y apoyo. La mayoría de los maestros trabajan con esmero y lo valorarán.

3. Haz preguntas sobre el rendimiento de tu hijo en clase, en qué consiste entregar el trabajo en el aula o la tarea para el hogar y el empleo del tiempo. Preguntar acerca de los amigos de tu hijo puede darte una percepción sobre el nivel de influencia que tienen sus compañeros sobre él.

4. Asegúrate de preguntar qué puedes hacer en casa para reforzar lo que está haciendo la maestra.

Recuerda:
una reunión es un momento para hablar y escuchar. Sé diplomático pero sincero. Trabajando juntos, padres y maestros pueden identificar cualquier problema y descubrir la manera de ayudar al estudiante.

Respuestas sólidas

Pregunta:
¿Crees que las parejas felizmente casadas deben ser capaces de vivir juntos sin pelear?

Respuesta:
No, los matrimonios más sanos son aquellos en los que la pareja ha aprendido a discutir, a expresar el enojo sin destruirse mutuamente. Hay una diferencia entre el combate sano y el que no lo es, que depende de la manera en que se manejen los desacuerdos.
En un matrimonio inestable, la hostilidad se lanza directamente sobre la personalidad del cónyuge:
“Nunca haces nada bien, ¿por qué me casé contigo? Eres un completo estúpido y cada día te pareces más a tu papá/mamá.”

Estos insultos personales atacan directamente a la autoestima, produciendo una conmoción interna. Obviamente, este tipo de pelea viciada es sumamente dañina para la relación matrimonial.
Por otro lado, la pelea sana permanece concentrada en torno al tema por el cual se inició la discusión:
“Gastas el dinero más rápido de lo que puedo ganarlo.” “Realmente me hace enojar que no me avises que llegarás tarde a cenar.” “Me sentí avergonzado cuando me hiciste quedar como un tonto anoche en la fiesta.”

Esta manera de discutir, ciertamente emocional y tensa, es mucho menos dañina para el ego del “contrincante”. Una pareja sana puede resolver las diferencias haciendo concesiones y negociando.
La capacidad de discutir adecuadamente quizás sea el concepto más importante que tengan que aprender los recién casados. Aquellos que nunca aprendieron la técnica a menudo quedan atrapados entre dos opciones:
(1) guardar silencio reprimiendo el enojo y el resentimiento se enconará y acumulará con los años, o
(2) disparar contra la personalidad del cónyuge. Los juicios de divorcio están bien representados por parejas de ambas categorías.

Fuente: revistaenfoque.com

 



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