Oración para los tiempos de pruebas.
Señor:
Dios de amor, ante ti me rindo en acto de obediencia y humildad,me inclino a tus plantas como acto reverente a tu divina presencia.
A ti Señor te doy la honra, la gloria, y la alabanza.
Especialmente hoy Señor, ha sido para mi un día lleno de sorpresas y sin sabores, tu lo sabes todo mi Dios, ante ti no hay nada oculto que no haya de ser manifestado, que terrible es para mi Señor sentir en carne propia la traición, de las personas a las que siempre que he podido he ayudado, quizás muchas veces lo hice en el terreno espiritual, que creo y tengo la firme convicción que es la mejor forma de servir y ayudar.
Tu sabes como me siento en este día, en el cual me cuesta tanto trabajo perdonar a los que me hieren, me humillan, y me menosprecian, entiendo Padre Poderoso y Majestuoso, que día a día tu vas forjando mi carácter.
Este carácter fuerte, pero a la vez tierno y amoroso con el que me ciñes cada día de poder en tu Santo Nombre, tu lo sentiste en carne propia aquel día en el Jardín del Getsemaní, es terrible el menosprecio Señor, porque cala se siente y duele hasta los huesos, y lastima terriblemente el corazón, al igual que yo en este momento lo he siento, tu lo sentiste y lo sufriste.
Más cuando pienso que tú estas a mi lado, todo en mi derredor se transforma, no necesito palabras para decirte lo que siento, porque tu escudriñas mi mente, mi corazón y me entiendes.
Gracias Señor, porque me has formado el carácter, el que por amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, y todo lo perdona.
Gracias por hacer de mi la mujer que ahora soy, con muchos defectos, pero también con muchas cualidades y virtudes.
Gracias por amarme como soy, por no dejarme nunca, y por dejarme sentir tu presencia cuando más triste me encuentro, gracias por dejarme sentir tus preciosas caricias, gracias por consolarme.
Pero sobre todo gracias por enseñarme a perdonar no fingidamente, gracias por el perdón que sale del corazón, el verdadero, el real el que a ti te agrada.
Bendito seas Señor, por no dejarme sola, y siempre estar a mi lado.
A tu nombre sea la gloria, la honra y la alabanza.
Bendito seas Señor.
Amén.
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