Martes, 28 de julio de 2009
¡Tome un receso!
Léase Mateo 6.25-34
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Más que la miel a mi boca!
-Salmo 119.103 (RVR)
LA abeja melífera es conocida por su labor constante. Su colmena es un lugar muy activo. Una buena colmena producirá de cincuenta a sesenta libras de miel para sobrevivir el invierno. ¡El trabajo nunca termina!
Aun así, hay un detalle poco conocido: aun las abejas diligentes y trabajadoras hallan un lugar en el panal, cesan todas sus actividades y no hacen absolutamente nada por un tiempo. A juzgar por las apariencias no hacen nada productivo. Pero este período de renovación y descanso es esencial. Las abejas parecen requerir un tiempo lejos del afán de la vida, y esto no parece afectar la colmena.
Muchos de nosotros/as descubrimos que nuestros niveles de ansiedad y de tensión se elevan debido a las tareas interminables que llenan nuestros días. Nos preocupamos pensando si podremos cumplir con ellas. Durante esos momentos considero que lo mejor es seguir el ejemplo de la abeja (así como el de Jesús, que fue al monte a orar cuando estaba más ocupado), y simplemente detenernos. Haga un espacio para que Dios le hable, y escuche.
Sr. Frank Ramirez (Pennsylvania, EUA)
Oración:
Señor, abrimos nuestros corazones a ti. Queremos escuchar y aprender de ti. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
No puedo detener el tiempo, pero puedo darle mi tiempo a Dios.
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OREMOS:
Por quienes se preocupan demasiado.