¿DIOS EXISTE? ¿TU QUE CREES?
Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello, entablo una conversación con la persona que le atendió, de pronto tocaron el tema de Dios. El barbero dijo, yo no creo que Dios exista, ¿Cómo usted dice?¿porque dice eso? Pregunto el cliente, es muy fácil al salir de la calle se da cuenta que Dios no existe… si Dios existiera no habría tantos enfermos, niños abandonados, no habría sufrimientos, no puedo pensar que Dios exista y permita tanto dolor… el cliente se quedo pensando, y no quiso responder para evitar una discusión, el cliente salió del negocio y vio a un hombre con la barba y el pelo largo, entro denuevo a la barbería y le dijo al barbero: ¿sabe una cosa? Los barberos no existen ¿Cómo? Si aquí estoy, contesto el barbero
NO dijo el cliente, si existiera no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre, los barberos si existen lo que pasa que esas personas no vienen a mi, para que yo las pueda atender.
EXACTO!!! Dijo el cliente, ese el el punto DIOS si existe lo que pasa que las persona no se acercan a EL y no le buscan.
Si Dios es Espíritu, a Dios nadie le vio jamás; pero por lo que vemos y vivimos creemos en quien y a quien podemos ver, con el hecho de que abras tus ojos y contemples un nuevo dia y ver a tus seres queridos que están alrededor de ti contestate tu mismo esta pregunta ¿ Dios realmente existe?
Pero no solo para que encuentres una respuesta, sino para que encuentres verdaderamente a DIOS.
Donde quiera que pongas tu mirada
Donde quiera que fijes tu atención
Donde quiera que un atomo subsista
ENCONTRARAS A DIOS
En las hora de sombra y amargura
Cuando a solas estes en tu dolor
Si le buscas en la sombria noche
ENCONTRARAS A DIOS.
Juan 20:24 -29
Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros.
Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!
Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron.