Desde que nacemos se nos ha instruido para que hagamos el bien. Pero, comprendemos el porque de su importancia?
Proverbios 11:17
“el que es bondadoso se beneficia a sí mismo, el que es cruel a sí mismo se perjudica”
Según éste provebio, el hacer lo malo no sólo es pecado, es perjudicial para el alma y la vida de uno mismo.
Nuestra alma se alimenta o beneficia cuando somos serviciales, el bien es un beneficio indiscutible… Lo que experimentamos cuando hacemos el bien, es una paz, una seguridad interna silenciosa y modesta…
Alguna vez te has preguntado, por qué me vá mal?
Quizás deberías probar haciendo caso a tu consciencia y hacer el bien, para que tu alma se alimente beneficiosamente.
Cada vez que ejercemos nuestro potencial para hacer el bien, Dios sonríe y dice: “eso es exactamente lo que esperaba que hicieras”
No sé porque hay algunas personas que piensan solo en sacar provecho de los demás, engañando, robando, mintiendo.
Esto sólo les lleva a la autodestrucción del alma primeramente, sino también, en muchos casos, del cuerpo.
Fuimos creados para buenas obras, porque somos de la misma calidad de Dios.
Efesios 2:10
“porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica”
Cuando las hacemos, estamos cumpliendo con el propósito de nuestra existencia y nos adueñamos de nuestro destino como seres humanos!
Sea un acto sencillo como ayudar a cruzar la calle a un ciego o acciones dramáticas… lo importante es que la bondad de Dios sea en nosotros un MODO DE VIDA.
¿realmente quieres hacer el bien?
Comprométete a hacer de cada dia un buen día, desde el saludo hasta los hechos y el Espíritu Santo te guiará en lo más complejo.
Así no sólo te beneficias a ti mismo, sino a otros y damos gloria a Dios!