Parece que el sentido común es el menos común de los sentidos, sobre todo cuando se trata de legislaciones alimentarias en nuestro continente. Contrariamente a lo que ocurre en Europa, parece que en América, de punta a punta, los gobiernos apoyan más a la industria de los pesticidas que a los ciudadanos que consumimos los alimentos rociados con dichas sustancias tóxicas. Afortunadamente hay organizaciones que se encargan de presionar a las autoridades informando a la gente y organizando campañas. Pero, mientras se logra la conscientización y el cambio de prioridades, los consumidores necesitamos tomar acciones que protejan nuestra salud y la de nuestra familia tres veces al día.
Muchos químicos tóxicos son usados como pesticidas / Foto: Thinkstock
Elegir opciones no industrializadas es el primer paso para eliminar de nuestra alimentación las sustancias tóxicas. En general, los alimentos no procesados tienen un nivel nutricional más alto y menos químicos o sustancia sintéticas añadidas. Esa opción nos lleva al segundo paso: acercarnos a una dieta mucho más rica en frutas y verduras. Desafortunadamente, dichos productos han sido cultivados con técnicas que requieren cantidades absurdas de pesticidas, la mayoría de los cuales resultan sumamente tóxicos para el cuerpo a largo plazo (sobre todo para el sistema nervioso, digestivo y reproductivo).
Cada año, la organización EWG (Environmental Working Group) elabora dos guías de alimentos: “La docena sucia” y “La quincena limpia”. Como sus nombres lo indican, cada lista contiene las frutas y verduras con más y con menos pesticidas (12 y 15 respectivamente). El objetivo: informarnos para poder reducir nuestra ingesta de pesticidas lo más posible y prevenir enfermedades a largo plazo. Estas guías no incluyen alimentos genéticamente modificados porque, a pesar de las presiones por parte de los consumidores, la legislación todavía no obliga a los productores a declararlo.
Los análisis de la EWG están hechos de acuerdo a como usualmente consumimos esos alimentos; en muchos casos, lavados y pelados. (Por ejemplo, los plátanos se analizan pelados, los arándanos y los duraznos se analizan después de haber sido lavados.) La EWG señala que cuando no lavamos los productos que consumimos con cáscara o piel, nuestra ingesta de pesticidas es mucho mayor.
Conoce la lista aquí:
La docena sucia, la quincena limpia
Se dice que los pesticidas no causan daño cuando se ingieren en cantidades pequeñas. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que dichas sustancias, ingeridas durante muchos años, pueden detonar ... más
¿Qué más podemos hacer?
1. Evita la docena sucia y apégate a la quincena limpia, pero conserva el sentido común. Estas listas son muy útiles si vives en una zona urbana donde es difícil tener acceso a alimentos frescos de productores locales o parcelas cercanas que no usen tantos pesticidas.
2. Si quieres consumir algún alimento que estén en la lista de la docena sucia, prefiere la versiónorgánica. Aunque no es ninguna novedad que los productos orgánicos sean hasta un 20% más caros que los productos convencionales, existen opciones viables en cada país. Si estás interesado, busca en internet las organizaciones de distribución en tu localidad. Éstas suelen trabajar directamente con los productores, y al eliminar a los intermediarios, la diferencia de precio con respecto a los productos convencionales es mucho menor.
3. Sin juicio de por medio, uno puede decidir a quién le da su dinero y en manos de quién pone su salud. Yo pienso algo así: ¿se lo pago al productor mientras estoy sana y contenta o se lo pago al doctor cuando esté enferma y preocupada? Mi opción casi siempre es la primera.
4. Apoya a los pequeños productores, únete a campañas que protejan los derechos y la salud tanto del consumidor como de los agricultores. Recuerda que ellos también se ven afectados por el uso excesivo de pesticidas.
Twitter: @luzaenlinea
Quizá te interese:
Comer sano en tres tiempos
¿Por qué reducir el consumo de carne?
Carnívoro o vegetariano, ¿por qué un niño revivió la polémica?