Recuerdo mis manos recorriendo
tu cuello con cuidado y amor intenso
mirando tus ojos y sin decir nada
en silencio leía tu interior,
tus deseos de ser tratada,
amada con delicadeza como a la tierna niña
y dulce mujer apasionada!
Así en silencio y casi en secreto
descubrí la belleza de tu alma,
como una santa y diosa del amor
y sentía el latido de tu corazón agitado, angustiado
asustado a lo desconocido,
sentiste mi pasión al notar
tus bellas y firmes curvas!
Y mi fuego que te abrazaba,
notabas mis deseos
y tímidamente sonrojabas,
tus caricias torpes de niña y mujer
me dejaron perplejo!
enamorado!, embelesado!
dulce niña! mujer intensas! apasionada!
Autor: Anita Carmela