LA PINTURA
[CUANDO LEONARDO DA VINCI PINTÓ LA MONA LISA, NO TENÍA FORMA DE SABER LO IMPORTANTE QUE SERÍA SU OBRA. ÉL SIMPLEMENTE SIRVIÓ CON FIDELIDAD A SU TRABAJO, TOMANDO NOTA CUIDADOSAMENTE DE CADA DETALLE DEL ROSTRO DE SU MODELO. ES LA EXPRESIÓN DE LA MUJER LO QUE HACE TAN EXCELENTE A SU PINTURA, EN LA QUE VEMOS UNA AMPLIA GAMA DE EMOCIONES.] ¿Se pregunta a veces qué pintura quisiera que fuera la suya? Si un pintor sincero y talentoso le pintara, ¿qué vería el mundo? ¿Integridad, valentía y convicción? ¿O deshonestidad, temor y duda? La mayoría de las personas tienen puesta una cierta fachada, al igual que las pinturas que cuelgan en los museos, que revela sólo una parte de lo que ellas son. Por temor al rechazo, ocultan sus defectos del mundo, e incluso de sí mismas. Hay una persona, la Única que realmente importa, que ve todos nuestros defectos y fracasos, pero que nos ama totalmente tal como somos. Así como Da Vinci vio la belleza interior de la modelo que pintó, nuestro Padre Celestial ve en cada uno de Sus hijos la redención y la promesa conquistadas por Su Hijo en el Calvario. Usted es Su obra maestra, una obra creada en gracia y en amor. Y si le permite que lo haga, Él pintará los colores de su vida de una manera que lo glorifique. "Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10). Por la misericordiosa gracia de Dios, hemos sido creados a la imagen de Cristo en un mundo que está perdido. Aunque nuestras vidas, desde una perspectiva humana, siguen estando todavía en el lienzo, Dios ya ha visto el retrato final. Él ve eternidad, y sabe exactamente qué partes de nuestra vida necesitan de su mayor atención. Cada frustración, cada sufrimiento, desengaño y cada alegría, tiene un propósito. Él hace que todas las cosas ayuden a bien a los que le aman y son llamados conforme a Su propósito (Romanos 8:28). Para muchos, éste es un concepto difícil de entender. Talvez, usted vea su vida como una serie de errores y desengaños, o como una carrera difícil en la cual se queda atrás. Pero Dios le ve desde una perspectiva totalmente diferente. Cuando Él ve su vida, lo que ve es una persona valiosa y muy prometedora.
|