LA COMUNICACIÓN ES COSAS DE DOS, 1ª. PARTE
Son las 9 de la noche de un sábado cualquiera. Clara tenía pensado acudir a la fiesta de cumpleaños de una amiga. Mientras se arregla frente al espejo, suena el teléfono. Es Luis, su novio, que le dice que dentro de media hora pasa a recogerla porque tienen algo muy importante que celebrar. ¿Qué hace Clara ante esta situación? Al oír las palabras de su novio, Clara presiente que todos sus planes se han ido abajo. Intenta explicar a Luis que ella tenía pensado irse con sus amigas, pero ya es demasiado tarde. Luis le reprocha no haber hablado con él para contarle sus planes y Clara opina lo mismo de él.
Este caso es muy frecuente hoy en día en muchas parejas, pero con diferentes protagonistas. La falta de comunicación suele llevar a discusiones, réplicas, controversias, polémicas, malos entendidos, y, en ocasiones, hasta rupturas.
En la actualidad las personas llevamos una vida tan ajetreada que a veces dejamos a un lado el dialogar y dedicar a nuestra pareja el tiempo necesario para que la relación vaya sobre ruedas. El amor, el sexo, los caracteres de cada uno... son cosas fundamentales y muy importantes para el buen funcionamiento y entendimiento entre las dos personas que forman la pareja. Pero ¿y la comunicación? ¿Qué lugar ocupa en la convivencia de hombre y mujer?
Si entendemos la comunicación como la transmisión de un mensaje todo el mundo puede hacerlo. Pero en la pareja tiene que haber algo más que eso. No podemos comprender la comunicación simplemente como el hecho de intercambiar palabras, sino que, entre dos personas que se quieren juega un papel fundamental dentro de la comunicación: la sinceridad, la confianza, el respeto... y, por supuesto, el amor.
En ocasiones a las personas nos resulta muy difícil expresar lo que sentimos. Lo verdaderamente complicado, sobre todo para algunos hombres, es contar lo que sienten. Y cuando por fin consiguen hacerlo, la manera de expresarlo les hace sentirse inseguros: para muchas mujeres esta sinceridad masculina les resulta molesta porque ven a los hombres como seres débiles incapaces de afrontar cualquier problema serio dentro de la vida en pareja. Por el contrario, si comenten el error de ser fríos a la hora de expresar los sentimientos, dan la impresión de ser personas sin corazón. Esta situación, si realmente se conoce a la persona, no influye, aunque a veces ser sincero con tu pareja implica decir la verdad, por dura que pueda resultar a veces.
Si en ocasiones dudamos en decir lo cierto de una situación complicada, no hay que pensarlo dos veces y contar la realidad de los hechos, porque a la larga siempre nos va a resultar más beneficioso. Puede, en un principio, que a tu pareja le duela pero al final esa virtud siempre será reconocida. Es una manera de demostrar al otro que te sientes seguro a su lado y, como no, una clave fundamental e importante en la comunicación entre hombre y mujer.
En una relación de pareja confluyen tres vidas: la vida de uno, la vida del otro, y la vida que tienen en común. Las vidas particulares de cada uno han de ser negociadas, aceptadas y respetadas por el otro. Para ello un papel fundamental juega tanto la confianza como el respeto mutuo. A la hora del diálogo es muy importante que confíes en la persona que tienes frente a ti porque de lo contrario la comunicación se rompería y probablemente también la relación.
La comunicación y el conocimiento del otro, anterior a una relación, son fundamentales pero hoy en día todavía más, puesto que la igualdad en derechos y obligaciones que se establece como base en el seno de la sociedad hará que sólo esté preestablecido el respeto al otro en todas las dimensiones de la persona. El respeto es consecuencia de conocer al otro, y no sólo del conocimiento que se estableció cuando se conocieron, sino en la evolución de la persona y su personalidad a lo largo del tiempo. Se establece como base que las personas evolucionan pero son las mismas a lo largo del paso del tiempo, por eso si evolucionan las personas de la misma manera tiene que evolucionar la relación.
Lo que se establece en el enamoramiento de los primeros momentos, no sirve como base para conocer al otro, ya que son sentimientos que anulan la voluntad e incluso la objetividad para la escucha y la comunicación. Es una situación en la que sólo se piensa en lo maravilloso del otro ser y en los fabulosos momentos que se viven pero no siempre dura. Con el tiempo esta primera situación se transforma en algo más maduro que conlleva un diálogo y sobre todo comunicación. Deberá de ponerse más interés en comentar y hablar de las cosas que afectan a los dos. Aunque no de la misma manera que se trataban en un principio ya que la falta de conocer a fondo a la otra persona hace que la comunicación comience siendo superficial. Se supone que el conocimiento de la pareja será mayor con el paso del tiempo, por tanto la comunicación también tendrá que evolucionar de la misma manera.
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