También nosotros LOS PADRES necesitamos atenciones
Por mucho que el bebé reclame atenciones y tiempo, y de que casi todo gire en torno a él, reservemos buena parte de nuestras energías a escuchar y a sentir a nuestra pareja.
Hablemos de cómo nos encontramos, qué sentimos, cómo ha transcurrido la jornada. Todos los días, unos minutos para el diálogo sobre nuestras cosas, al margen de la criatura.
Repartamos, según las preferencias y posibilidades de cada uno, las tareas que acarrea el hijo. Su presente y futuro son una responsabilidad que debemos compartir ambos.
Acordemos qué y cómo hacer con nuestro hijo: compartamos, ya desde la cuna, un criterio de educación y de comportamiento ante él o ella.
La criatura "es" de los dos miembros de la pareja. No es "tu hijo", ni "mi hijo", sino "nuestro hijo". Recordémoslo. Nos evitará tensiones, celos y disgustos posteriores.
Al menos una vez por semana, habilitemos el tiempo para dar un paseo o ir al cine, o hacer lo que nos gusta. Emancipémonos del niño, es necesario y conveniente.
Reservemos un momento para la caricia, el beso y el juego sexual con nuestra pareja. Las contraindicaciones tras el parto para el coito sexual, no significa que otros juegos sensuales se supriman. Y, tras la cuarentena, volvamos a la vida sexual normal.
El amor, sustento de la pareja, requiere ser alimentado cada día. Hay que disfrutar de la vida, y amar a nuestro hombre o mujer, también ahora. O, quizá, más que nunca.