|
De: Alexxia (Mensaje original) |
Enviado: 08/06/2010 11:54 |
Divino Abogado... Divino Maestro que me encontraste atrapada entre las púas del dolor tratando de soltarme, me libraste sanando con tus manos mi interior. Quitaste los arapos del pecado y aquellas cosas que me degradaban limpiando con tu sangre mi pasado y los decretos que me condenaban. Te convertiste en mi Abogado abrogando mi causa ante el Gran Juez y cargaste tú mismo mi pecado y pagaste mi culpa ante la ley. No tomaste en cuenta mi maldad ni lo mucho que te ofendí decidiste defenderme en el tribunal donde las causas pesaban sobre mí. Voráz estaba allí el acusador dispuesto a presentar las evidencias más tú, manso y humilde sevidor te entregaste como oveja, y no tuvieron clemencia! Sí, fuiste tú,... en mi lugar cargando con todo lo que me avergonzaba pero no titubeaste al defenderme una vez más aún cuando mi culpa era la que te aplastaba. Nadie te quitó la vida, tú la entregaste la ofreciste por amor, por mi pecado hasta la última gota de sangre la brindaste fue tu don, tu gracia, tu regalo... Miserable de mí! que no fui capáz de mirarte a los ojos cuando me llamabas ni de darte las gracias por esa paz que trajiste a mi alma cuando me abrazabas. Pobre, ciego, y desnudo llegué a tus pies temblando de frío me cubriste de gracia, llevaste mi yugo no me reprochaste lo que yo había sido. Cómo habré de pagarte Abogado mío! la vida entera no me alcanzaría pero si de algo te sirve mi corazón estremecido te invito a morar en él, hasta el resto de mis días... María Alejandra Labat
|
|
|
|
|
|
|
|
Primer
Anterior
2 a 3 de 3
Siguiente
Último
|
|
Preciosa poesia Ale, muchas gracias, Araceli |
|
|
|
|